En las últimas semanas algunos «escándalos» han afectado negativamente a la plataforma de vídeo de Google. Comenzando por el del YouTuber Logan Paul y su vídeo en los bosques nipones y por otro lado con la publicidad de algunos anunciantes junto a contenidos inapropiados. Algo que ha llevado a YouTube a endurecer sus requisitos a los creadores.
YouTube se sigue «reinventando» y buscando hacer más eficiente su negocio en distintos segmentos, como el de la música, donde en el mes de diciembre lanzó YouTube Remix, una forma de intentar enfrentarse a Spotify y su imperio de streaming de música.
YouTube revisará uno a uno los vídeos que se suben a su red
Como ya seguramente sabéis, el youtuber Logan Paul se ha visto envuelto en una agria polémica por uno de los vídeos subidos a su canal, uno de los más seguidos de la red. En este se mostraba una «excursión» del youtuber con sus amigos al «bosque de los suicidios» en Japón, y donde precisamente dieron con una persona que se acababa de quitar la vida. La actitud de menosprecio y burla del youtuber y sus amigos hacia la víctima han hecho saltar todas las alarmas en la red de vídeo de Google. Por esa razón Google quiere dejar de lado los algoritmos y que sean las personas de carne y hueso quienes revisen los vídeos antes de ser subidos a la red.
De hecho los de Mountain View esperan que durante 2018 haya nada menos que 10.000 trabajadores revisando uno a uno el contenido que se cuelga en YouTube con el objetivo de neutralizar comportamientos como el de Logan Paul. Algo que es consecuencia directa de los grandes anunciantes, que no quieren que sus marcas se asocien a vídeos de este tipo, por lo que no quieren ver cómo se reproduce uno de sus anuncios junto a uno de estos contenidos. YouTube garantiza que los anuncios sólo se reproducirán en vídeos que cumplan las «guidelines» de los anunciantes.
YouTube «castigará» a los creadores de contenidos más modestos
La plataforma de vídeo también va a introducir importantes cambios en la política de monetización de los distintos canales existentes. Ahora el programa de socios de YouTube, por el que estos reciben unos ingresos en base a sus audiencias, se va a endurecer.
De ahora en adelante los canales tendrán que tener al menos más de 1.000 suscriptores y como mínimo 4.000 horas reproducidas de sus contenidos en el último año. De no ser así a partir del 20 de febrero dejarán de tener ingresos. Una medida en la que buscan mejorar la calidad de los contenidos y sobre todo la fidelidad de los creadores con sus seguidores, creando contenidos de forma regular y de calidad. Y también, por qué no, para evitar que los grandes anunciantes vean sus productos en contenidos de mala calidad o desfasados.