El almacenamiento es uno de los elementos clave que tenemos en cuenta cuando nos compramos un nuevo smartphone. Si no tenemos muchos gigas porque no nos queremos gastar demasiado, siempre nos queda la solución más barata de adquirir una microSD para tener sitio de sobra para meter fotos, vídeos o lo que sea. Ahora, los estándares de esas microSD han variado para certificar velocidades de auténtico vértigo.
Más rápidas que un disco duro
Pues efectivamente así es. Las nuevas tarjetas que hemos visto aparecer en el pasado CES 2017 de Las Vegas así lo indican, al menos en lo que a fríos números se refiere. Para que os hagáis una idea, la última microSD que presentó AnandTech, con una capacidad de 256GB (recordad que los Samsung Galaxy S7 permiten hasta 200), anunciaba velocidades de escritura de 260MB/s y de lectura de 275MB/s. Estas marcas son posibles porque esta tarjeta está basada en la tecnología 3D MLC NAND desarrollada por SK Hynix y que usa un bus UHS-II.
Si queréis identificar mañana en una tienda a este monstruo (cuando llegue), debéis buscar una microSD que en sus especificaciones indique clase 10 (class), U3 y V90 cuyo rendimiento nos aseguran que nunca se situará por debajo de los 90 MB/s. Una auténtica barbaridad que está refrendada por la SD Association que, en los últimos tiempos ha actualizado las certificaciones que garantizan que estos productos van a funcionar sin problemas en presentes y futuros terminales.
De momento no hay móviles en el mercado que sean capaces de hacer funcionar estas memorias, no solo por capacidad, sino por el uso de esa tecnología 3D MLC NAND que le permite alcanzar esas velocidades de trabajo. De momento, la disponibilidad de estas nuevas tarjetas o el precio se desconocen pero seguramente que en los próximos meses tendremos nuevas noticias, sobre todo cuando Samsung y los demás gigantes tecnológico presenten sus nuevos topes de gama de cara a 2017 y veamos si aguantan estas capacidades y velocidades de lectura/escritura.
Es más, de momento no solo el ámbito de los teléfonos Android queda lejos de estas tarjetas, sino que incluso ordenadores y cámaras que se venden en el mercado no podrían utilizar esta bestia del almacenamiento que convierte a nuestro disco duro en una tortuga.
¿Qué tarjeta comprar?
Hace pocos días os contamos cuáles eran los detalles a tener en cuenta a la hora de comprar una tarjeta microSD, sobre todo si iba destinada a cámaras de acción (GoPro, Gear 360, etc.) que, con sus resoluciones FullHD o 4K para el video nos piden altas velocidades de escritura, sobre todo.
Como os contamos entonces, nuestro mejor consejo es que merece la pena perder capacidad para ganar rendimiento y velocidad si nuestro presupuesto es ajustado. Es preferible una microSD de 32GB de clase 10 y U1 o U3 a otra de 64 con clase 6, por ejemplo. Aunque como siempre, la mejor forma de acertar en nuestra compra es conocer las especificaciones de hardware que nos indica el fabricante y que, casi siempre, nos permiten conocer qué es lo máximo que podemos utilizar, tanto en capacidad como en velocidad de lectura/escritura.