Finalmente, y como se esperaba, el OnePlus 5 fue presentado en el día de ayer. Pocas fueron las sorpresas que existieron en una presentación que se limitó a enumerar las novedades y bondades que el smartphone incluye. Y, lo cierto, es que en general el hardware es de lo más destacable… pero hay un apartado que no lo es tanto: su pantalla.
Es innegable que la inclusión de un procesador Snapdragon 835 junto con una RAM que alcanza los ocho gigas en la versión con mayor almacenamiento (128 GB) deja vislumbrar que el rendimiento de este modelo será, como mínimo muy bueno (lo que hace que no se entienda que hayan manipulado los resultados en las unidades de prueba, como apuntan en MovilZona). Aparte, que se disponga de una cámara dual y opciones como Bluetooth 5.0 hacen que el OnePlus 5 sea un modelo atractivo, aunque algo más caro de lo que cabía esperar.
Pero no todo es igual de bueno, como es lógico. Un ejemplo es el parecido más que claro del OnePlus 5 con el último iPhone de Apple (lo que en el apartado del diseño no hace que este modelo sea especialmente novedoso y destacable). Ademas, que se mantenga la carga inalámbrica propietaria Dash Charge, con las restricciones que esto supone, no es la mejor de las ideas. Pero es en la pantalla que se integra en el terminal donde menos novedades se encuentran.
Nada nuevo en el panel del OnePlus 5
No voy a comentar a modo de crítica la resolución que tiene la pantalla del terminal, ya que como indiqué respecto a este componente del OnePlus 5 creo que quedarse en 1080p es un acierto ya que permite que la autonomía no se reduzca (algo esencial, ya que la batería de este modelo tiene una carga inferior a la del modelo al que sustituye en el mercado). Además, sin no se tiene idea de dar el salto a la realidad virtual pasar a un panel QHD no es imperativo, ya que incluso se reduce el calor emitido al utilizarlo.
Pero, es que según se ha conocido, el OnePlus 5 tiene exactamente el mismo panel que el OnePlus 3T (un Samsung S6E3FA5). Y, por lo tanto, no se ofrece una mejora en la calidad de imagen que se puede ver en la pantalla del modelo que fue presentado ayer, lo que es decepcionante -ya que, sin dar un salto en resolución, el panel tipo AMOLED integrado podría ofrecer una experiencia visual mejorada-. Y, esto, no es así… por lo que se convierte en una razón más para que algunos piensen que no merece la pena la compra o, simplemente, que es mejor opción hacerse con un OnePlus 3T ahora que bajará de precio.
La verdad es que esto no deja de ser sorprendente, ya que no hay un gran argumento económico que justifique esto, debido a que el OnePlus 5 ya no es ese flaghship killer que tenía un precio casi de locura. Una pena, ya que si bien he defendido que se mantenga la resolución de la pantalla, lo que no es positivo es que el panel sea el mismo que el integrado en el OnePlus 3T. Cierto es que se ve bien, pero con la expectación creada, lo mínimo era dar un salto evolutivo dentro de los 1080p.