Vamos a iniciar un nuevo camino, diferente, paralelo. Todo lo que vamos a contaros hoy será verdad, pero no verdadero. Todo lo que veamos hoy será “casi” real, pero no cierto. Hoy probamos las HTC Vive para vosotros.
El dispositivo de realidad virtual que propone HTC, y que es la apuesta de la empresa de Taiwán en la búsqueda de nuevos productos y la apertura de nuevos mercados.
Es cierto, parece que no corren buenos tiempos para el fabricante taiwanés, por los malos resultados de su división de móviles. Su escasa cuota de mercado hace, que a pesar de lo atractivo de sus smartphones, la división no pueda generar el impulso requerido por la compañía.
Pero podríamos estar ante un producto que invierta esa situación y quizás, sitúe a la empresa en la senda de los números negros, esto es, de las ganancias.
Veamos de que se trata.
Inicios complicados con HTC Vive, mucho que montar
Conviene mencionar que el HTC Vive nos introduce en una realidad en la que integra nuestros movimientos, a diferencia de otras experiencias más simples que se limitan a llevar a nuestra visión lo que ocurre en una pantalla. Aquí los movimientos de nuestras manos, de nuestros pies, de nuestro cuerpo en definitiva, forman parte integrante de la experiencia.
Si de situarse en un universo virtual se trata, parece razonable pensar que nos hará falta un elemento que genere ese mundo virtual. Y es que nuestro dispositivo no es autónomo. Además de los periféricos que incluye propiamente, requiere de la conexión con un generador de realidad virtual, que como habréis adivinado se trata, ni más ni menos que de un potente ordenador.
Y decimos potente, porque no nos valdrá nuestro viejo PC, si ya cuenta con algunos años. Nos veremos obligados a ir a una máquina con un procesador de última hornada y una tarjeta gráfica a la altura de lo que se nos viene virtualmente encima. Hablamos de un Core i5 o equivalente superior, y de una tarjeta gráfica del nivel de una GPX 970 de Envidia, o su equivalente en AMD, la R9 290 o superior. Además de 4 GB de RAM, y unos mínimos de conectividad que pasan por un display port y o un HDMI 1.4, además de USB 2.0 y un sistema operativo de Windows 7 en adelante como mínimo.
Todo esta declaración de intenciones en cuanto a hardware, traducida económicamente, nos sitúa ya entre los 1000 y los 1500 € para empezar. No es mal comienzo.
El dispositivo en sí, el unboxing…
Dentro de una descomunal caja vamos a encontrar los componentes necesarios para “interpretar” la señal generada por el ordenador, como una realidad virtual, y son varios y variopintos:
- Dos bases, que trackearán (rastrearán, harán un seguimiento de) nuestro entorno y nuestros movimientos. Deberán estar alimentadas con corriente eléctrica y deben poder verse entre sí y luego ver a las HTC Vive. Digamos que delimitarán el escenario. Deben colocarse a ambos extremos del escenario virtual a una altura media, para facilitar la detección múltiple de los dispositivos.


- Un link box, una caja de conexiones necesaria para interconectar todos los periféricos y el ordenador. No nos van a faltar cables que conectar, ya os lo adelanto.



- Dos controles o mandos, de entre múltiples propósitos, servirán para la calibración de la zona que hará de escenario. Generaremos con ellos paredes virtuales que limitarán nuestro espacio virtual.



- Además de lo anterior y con sus múltiples botones, gatillos, joysticks, y controles, vamos a interactuar de diversos modos y vamos a controlar “la reproducción” del juego. Deberán estar siempre en el campo visual virtual del dispositivo, y además gracias a dos motores hápticos que hay en su interior nos van a transmitir a través del tacto multitud de sensaciones que iremos contando. Se cargan a través de puerto micro USB.



- El visor, aparatoso pero cómodo, mullido con espuma y bastante ajustable en laterales, etc. Hay que mencionar que todos los cables de conexión pasan por una diadema superior hacia tu espalda. Hay que tener cuidado con los tropezones. Traen una conexión Jack de 3,5 mm. para audio, a la que van unidos unos auriculares convencionales, que vienen incluidos en el paquete, y que nos harán la realidad más inmersiva con un audio estéreo de calidad. Las dos pantallas que integra el visor, forman un angular de 110º, que no es lo mejor del mercado pero son suficientes. Pero es una primera generación y por aquí irán parte de los progresos futuros. Resolución de 2160 x 1200 pixeles con 90 Hz de refresco. Incorpora 32 sensores diferentes además de una cámara frontal, que harán que todos nuestros movimientos sean registrados por los distintos dispositivos del conjunto.
Estoy impaciente, ¿como funciona?
Vamos a iniciar las operaciones. Para gobernar todo el engendro disponemos de una interface, compuesta por varios módulos:
- HTC Vive, el módulo que oficia de Main Menú y gestiona y controla todos los juegos.
- Steam VR, es el software de Valve, el socio tecnológico de esta aventura de HTC, que nos verificará la correcta conexión de todos los elementos del sistema y trasladará a nuestro PC todo lo que vemos en Vive, por si queremos, grabar, ver o compartir con otros lo que estamos viviendo.
Con la combinación de ambos, llegamos a un menú principal de la interface con tres grandes opciones o suites:



- La plataforma Steam, en este caso adaptada a la realidad virtual. Juegos, tienda, un apartado de comunidad Steam.
- Desktop, para conectar con el escritorio de nuestro PC y poder manejarlo sin quitarnos el visor. Todo desde los controladores.
- La interface de Vive, donde estarán todos los juegos, servicios, etc. que nos hemos estado descargando, o que hayamos jugado. Incluye un modo de sincronización donde recibiremos las notificaciones de nuestro Smartphone sin salir de nuestra realidad virtual.
Experiencia multimedia alucinante
Hemos probado para vosotros varios juegos, y vamos a describiros nuestras sensaciones a los mandos. Podéis imaginaros lo que es estar inmerso, esta vez sí, dentro del escenario del video juego.


La mayoría de contenidos disponibles hasta el momento son simulaciones, juegos de prueba o juegos casuales, dado que en esta ocasión los desarrolladores de contenidos van con retraso. Las grandes compañías del sector están anunciando ya juegos y contenidos para esta plataforma, pero aún es pronto.
Entre los que hemos probado:
Space Pirates Trainer, somos un robot que combate hordas de enemigos espaciales, en el que hemos tenido nuestra primera experiencia de salto, esquiva, golpeo, disparo, etc. Muy real y completamente inmersiva. La velocidad a la que sucede todo y a la que nos obliga a movernos, espectacular. Muchos controles, precisión de tiro, en fin, jugabilidad en estado puro.
The LAB, una suite con diversos mini juegos. Entre ellos Arco largo. Somos un arquero que se defiende de otra panda de enemigos, disparamos nuestro arco, sentimos las vibraciones que proporciona el arco al soltar la flecha, podíamos buscar a nuestros enemigos ocultos tras un muro, en fin. Sensaciones nunca vividas anteriormente en una plataforma de video juegos.
Mini juego de la plataforma Vive, en el que con un solo controlador manejamos un dron inmerso en una batalla de drones, este es sin movimiento añadido, y el disparo se produce sin tocar el gatillo, solo con apuntar en la dirección exacta. Nos ha sorprendido la precisión y la buena interacción con el controlador.
Para terminar nombramos otro título, Job Simulator, que nos permite encarnar en una plataforma sencilla a personas ejecutando diferentes profesiones u ocupaciones. Los controladores son en este caso nuestras manos. Como si fueran nuestros dedos, hay que probar para ver lo divertido que es.
Otros usos y aplicaciones
No solo vamos a poder jugar con nuestras HTC Vive, también vamos a poder encontrar aplicaciones interesantes en otros ámbitos.
Vamos a poder ver videos en 360º previamente grabados, aunque necesitaremos instalar una aplicación adaptativa. También la Plataforma Steam nos proporciona algunos servicios de orientación más profesional, como catálogos tridimensionales, para coches, muebles, así como inmersiones subacuáticas etc. En fin, un auténtico mundo virtual se abre ante nosotros. En un estado muy iniciático.



Todas estas experiencias tienen un precio
Pues sí, vivir en carne propia una escalada al Everest, o un viaje submarino sin mojarte, de lo más real, tiene su precio.
Insistimos en que son productos que arrancan una era, la de la realidad virtual, que inician un camino, y que como tal, exploran posibilidades. Quien sabe hacia donde nos llevarán en el futuro.
El caso es que todo el conjunto en su magnífica caja contenedor puede ser adquirido a un precio de 899 € en su página Web oficial. Algo alejado de lo que podría ser llamado asequible.
Además y como os comentábamos al principio, todo este conjunto hay que moverlo con un potente ordenador, que debes tener aparte y además disponer de un sitio adecuado a las evoluciones del usuario.
Nosotros solo os lo hemos contado.