Los smartwatches y las pulseras de actividad han evolucionado brutalmente desde que salieran prácticamente al mercado en 2009. En aquellos años daban para poco más que contar los pasos que dábamos, pero ahora incluyen sensor de frecuencia cardíaca, nivel de saturación de oxígeno en sangre y control de la presión arterial. Sin embargo, ¿son realmente fiables sus mediciones?
La evolución tecnológica ha llevado a que lo que solía requerir una visita a la farmacia o al médico ahora pueda monitorizarse directamente con un reloj inteligente. Aunque estas actualizaciones prometen comodidad, surgen dudas sobre la fiabilidad de los resultados.
Aunque algunos relojes ofrecen datos precisos, la confianza dependerá del modelo y su capacidad para realizar lecturas de la presión arterial dentro de los 10 mmHg. Los expertos sugieren que la presión arterial saludable oscila entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg, representando la presión sistólica (durante el bombeo del corazón) y diastólica (en reposo entre latidos).
Cómo la miden los relojes
Es verdad que un reloj inteligente puede medir la presión arterial, aunque no lo hace de la misma manera que un brazalete especializado. La mayoría de estos dispositivos utilizan sensores basados en la fotopletismografía, que mide el cambio de volumen de los vasos sanguíneos a través de una luz LED y un sensor de luz. Convertir estos datos en un número preciso para medir la tensión resulta bastante complejo debido a la naturaleza de esta técnica.
En el caso de los relojes de Samsung, emplean una estimación basada en las ondas de pulso. Esta tecnología sostiene que un mayor volumen de sangre que atraviesa las arterias se traduce en una presión arterial más elevada. Sin embargo, esta medición solo refleja un cambio y no proporciona datos precisos. Además, para garantizar precisión, se requiere calibración mensual con un tensiómetro convencional.
Otra técnica implica medir el tiempo que una onda de pulso tarda en desplazarse entre dos puntos del cuerpo. Algunos relojes, como los deportivos de Huawei, emplean dos sensores separados para calcular la presión arterial utilizando esta metodología.
Por qué existe riesgo al error
Estos relojes enfrentan notables desafíos al medir la presión arterial, ya que están propensos a interferencias diversas. Factores como el movimiento, el sudor, la temperatura e incluso el tono de piel pueden afectar la calidad de la señal de luz, disminuyendo la fiabilidad de los datos en comparación con los brazaletes específicos para la medición de la tensión. Incluso el hecho de tener tatuajes puede acabar por dar mediciones que no son válidas.
Además, estas metodologías de medición carecen de fundamentos fisiológicos comprobados; no se ha demostrado la precisión de los sensores ni de la luz LED al proporcionar datos de la presión arterial. A esto hay que añadirle que dado que esta métrica es altamente variable, la medición en diferentes áreas del cuerpo puede arrojar resultados dispares.
Es crucial recordar que los tensiómetros convencionales se colocan en el brazo, con la mano apoyada en el corazón. La discrepancia en los resultados es evidente cuando se compara con un reloj colocado en la muñeca y sujeto a movimiento constante. Por ende, su fiabilidad es limitada, y se aconseja no confiar ciegamente en sus resultados.
¿Son fiables los relojes que miden el oxígeno en sangre?
Los smartwatches se han convertido en una herramienta muy completa en todos los sentidos. Cada vez cuentan con más sensores, y uno de los más recientes ha sido el de saturación de oxígeno en sangre.
Son muchas las personas que se hacen con un reloj inteligente capaz de medir el oxígeno en sangre para saber si su saturación de oxígeno es suficiente. Sobre todo tras el COVID-19, y todas las preocupaciones que esta enfermedad trajo consigo. Pero son muchos los organismos médicos que han señalado que no es eficaz. Al fin y al cabo, no hemos de olvidar que hablamos de relojes comerciales, y no de un dispositivo médico específicamente diseñado para obtener la máxima precisión.
Realmente, pueden calcular la Sp02, pero sin la precisión que tienen los aparatos médicos. Depende del reloj en concreto, pero se han detectado casi siempre diferencias significativas entre los resultados que estos dan y los dispositivos médicos. Lo que sí nos permiten saber es la tendencia de esta saturación, para detectar bajadas que podamos considerar relevantes. Pero, en ocasiones, pueden alertarnos de forma innecesaria, y provocar una alerta que realmente no tiene sentido. Nosotros te recomendamos hacer siempre varias mediciones y, en caso de encontrarte mal, acudir al médico rápidamente.
Calibración y mantenimiento: claves para una medición más precisa
Uno de los factores más importantes para mejorar la fiabilidad de las mediciones en relojes con sensor de presión arterial es la calibración. Algunos modelos, como los de Samsung, requieren una calibración periódica con un tensiómetro convencional para asegurarse de que los datos obtenidos son lo más precisos posible. Esto implica que el usuario debe realizar mediciones simultáneas con un dispositivo médico certificado y ajustar los valores en el smartwatch.
Además, el mantenimiento del sensor es clave para evitar lecturas erróneas. El sudor, la suciedad o incluso la acumulación de residuos en la parte trasera del reloj pueden afectar la precisión de los datos. Es recomendable limpiar regularmente el sensor con un paño seco o ligeramente humedecido y asegurarse de que el reloj está bien ajustado a la muñeca, pero sin apretar demasiado, para no interferir con la circulación sanguínea.
Influencia de la postura y el ajuste del reloj
Para obtener mediciones más precisas, la postura y la forma en la que se lleva el reloj influyen considerablemente. La presión arterial, por ejemplo, se mide de manera más fiable cuando el brazo está relajado y a la altura del corazón. Si el reloj se encuentra demasiado apretado o demasiado suelto, los sensores pueden captar valores incorrectos o inconsistentes.
Los expertos recomiendan realizar las mediciones en un momento de reposo, evitando hacerlo después de realizar actividad física o en situaciones de estrés, ya que estos factores pueden alterar los resultados. Además, siempre es buena idea repetir la medición un par de veces para comprobar si los valores son consistentes o si hay variaciones significativas entre ellas.
Compatibilidad con aplicaciones médicas y sincronización de datos
Algunos modelos de smartwatches permiten sincronizar sus datos con aplicaciones de salud y bienestar, como Samsung Health, Apple Health o Google Fit. Esto no solo facilita el seguimiento de la presión arterial y la saturación de oxígeno a lo largo del tiempo, sino que también permite comparar los datos con otros indicadores de salud, como el ritmo cardíaco o la calidad del sueño.
Además, algunas marcas ofrecen compatibilidad con aplicaciones médicas que pueden generar informes detallados y compartirlos con profesionales de la salud. Si bien estos informes no reemplazan una consulta médica, pueden servir como una referencia útil para detectar patrones o cambios en la presión arterial a lo largo del tiempo.
Uso complementario con otros dispositivos médicos
Es importante entender que un smartwatch con sensor de presión arterial o de oxígeno en sangre no sustituye a un tensiómetro tradicional o un oxímetro clínico. Sin embargo, puede servir como una herramienta complementaria para llevar un control diario sin necesidad de acudir constantemente a una farmacia o centro médico.
Si un usuario tiene problemas de hipertensión o requiere un monitoreo preciso, lo ideal es combinar el uso del smartwatch con un tensiómetro de brazo validado clínicamente. De esta manera, se pueden obtener mediciones fiables y usar el reloj como una referencia rápida para detectar posibles alteraciones en la presión arterial o la saturación de oxígeno.
Samsung Galaxy Watch: el más recomendado
Este reloj de Samsung, el Watch5, está catalogado como uno de los mejores y más fiables a la hora de medir la tensión. Es perfecto para controlar la presión arterial mientras viajas. De hecho, un estudio demostró lecturas precisas y totalmente fiables. Y, lo mejor de todo, tiene batería de larga duración para que no tengas que recargarlo diariamente. Lo único que puede jugar en su contra es que necesita calibrarse cada cuatro semanas.
El Galaxy Watch5 mide la presión arterial y, usando la app de monitorización de salud, también hace lecturas de la frecuencia cardíaca. Sin embargo, Samsung avisa de que la función de presión arterial “no puede diagnosticar hipertensión u otras afecciones ni detectar signos de un ataque cardíaco”. Así que no es un dispositivo para hacer diagnósticos o determinar tratamientos como lo haría un profesional de la salud calificado.
Sí es cierto que ya está disponible la nueva versión, el Samsung Galaxy Watch6. Mas hemos de ser sinceros: en la comparativa entre ambos relojes, las diferencias a nivel de especificaciones son bastante escasas. Es por eso por lo que nosotros no apostaríamos por el nuevo, a menos que hubiera algún tipo de oferta realmente interesante. Sí lo haríamos en caso de que la diferencia de precio no fuera significativa, puesto que te garantizará actualizaciones durante un periodo de tiempo algo más largo, ¡y eso siempre es un plus!
