Olvídate de los cartuchos de tinta porque tu próxima impresora necesitará luz
Seguramente que en los últimos tiempos no has podido escapar a las miles de noticias que han surgido alrededor de la impresión 3D, que se ha llegado a percibir como el siguiente paso en el futuro de las técnicas de impresión… cuando no es así. Una cosa es que podamos fabricar tazas de distintos materiales para uso personal y otra que esos documentos de trabajo que necesitamos tener físicamente no puedan imprimirse de forma tradicional.
Es en ese siguiente paso que hay más allá de la impresión tradicional, la de tinta de toda la vida, la que está en discusión con este adelanto tecnológico que no es nuevo, pero que va avanzando con paso firme para llegar comercialmente en los próximos años a las tiendas.
La idea no es descabellada ya que habla de sustituir la tinta tradicional por haces de luz capaces de imprimir todo aquello que necesitemos. Y ojo, porque la revolución no llega solo con el material que usamos como materia prima para imprimir, sino también en el propio papel que necesitaremos.
Papel de imprimir y borrar
La idea no creáis que pertenece al terreno de la ciencia ficción ya que un ingeniero, llamado Yadong Yin, ha encontrado una solución al desarrollar un tipo de papel que no solo se puede imprimir, sino también borrar y volverlo a reutilizar. Esto ayudaría, por ejemplo, a no tener que talar tantos árboles y a prescindir de millones de toneladas de papel tradicional en todo el planeta, con todo el ahorro de emisiones de CO2 que eso supone para evitar el tan mentado calentamiento global.
Tanto este científico como sus compañeros en la Universidad Riverside de California han creado un papel que se puede imprimir con luz y, posteriormente, borrarse tras un proceso de calentamiento. Este ciclo podremos repetirlo hasta 80 veces por lo que todos aquellos folios ya impresos que no necesitemos siempre podremos volverlos a utilizar durante unos cuantos meses.
Titanio para el papel
El fundamento de este invento reside en las nanopartículas que Yin creó y que son, para que os hagáis una idea, un millón de veces más pequeñas que el grosor del cabello humano, y que cuenta con una mezcla de tinte azul y óxido de titanio. Esta combinaión se aplica más tarde sobre una hoja de papel normal y cuando este revestimiento se expone a luz ultravioleta, los electrones de óxido de titanio se empiezan a mover provocando que el tinte azul se vuelva blanco.
Eso sí, todo lo que hayamos impreso en ese papel (azul) especial desaparecerá transcurridos cinco días de manera automática aunque si queremos acelerar el proceso de borrado, solo tendremos que calentarlo a 120°C (250° F) durante 10 minutos para que podamos volver a usarlo en la impresora.
Esta tecnología, como os decimos, parece estar dando sus primeros pasos y solo queda que de cara al futuro se limen todos los posibles obstáculos para que llegue cuanto antes a las tiendas aunque, ¿no querrán que imprimamos todo en esos folios azules, verdad?