El mundo de las movilidad es efímero y, por ello, hay plataformas que pese a un éxito inicial si no saben evolucionar de forma correcta, finalmente acaban siendo parte de las historia por lo que supusieron. Un claro ejemplo de esto es Vine, que permitía crear pequeños videos y compartirlos para que el resto de usuarios pudieran verlos y disfrutarlos. Pues bien, hoy es el día que se cierra de forma definitiva.
Tal y como se anunció en octubre del año pasado, el día 17 de enero de 2017 será recordado que la plataforma Vine pasa a ser recuerdo y, ahora, se convierte en… una triste aplicación para la cámara. Así es, como se anuncia de forma oficial desde el día de hoy y de forma gradual en la tienda de aplicaciones de los sistemas operativos más conocidos lo que antes permitía crear los vídeos y publicadlo pasa ser Vine Cámara. La vida es así.
Por lo tanto, si eres de los que tienes muchos videos en Vine, antes de proceder a la actualización una vez que llegue donde vives debes descargar estos contenidos, ya que de otra forma será complicado que los consigas. Eso sí, se mantiene una página web en la que están activas todas las creaciones de la plataforma -y todavía permite la descarga de estas-. Por lo tanto, siempre se podrá acceder a ella para ver lo que ya se puede considerar hisroria del segmento de la movilidad.
Vine, un éxito efímero
La verdad es que hubo un momento en el que esta plataforma competía de tú a tú con las redes sociales y aplicaciones de mensajería (incluida WhatsApp). Tan potente era su crecimiento en un primer momento con sus vídeos de seis segundos, que en el año 2012 Twitter la compró por 30 millones de dólares… y, desde ese momento -quien lo diría-, se estaba escribiendo el inicio de la defunción de Vine.
En un principio todo transcurría de la forma que se esperaba, ya que los usuarios sí que demandaban la opción de generar vídeos cortos para informar de pequeños detalles o curiosidades a otros en este formato. Pero, la cuestión, era cómo evolucionar. Con el paso del tiempo comenzó una desaceleración de su crecimiento y, poco después, la pérdida de usuarios. Y, la plataforma, seguía inalterable.
Twitter, ya en 2016, dio el paso de aumentar el tiempo de duración de los vídeos (a 140 segundos, creando un paralelismo con los caracteres de la red social). Pero ya era tarde, y nada cambió. Vine pasó a ser una plataforma residual. Finalmente, opciones como Snapchat o la propia Periscope canibalizaron a la que hoy cierra, y lo que queda en ella es, recordamos, una aplicación para la cámara y una web en la que ver lo que en su momento era completamente viral.
El caso es que, hoy sí, hay que despedirse de Vine y, por lo que parece, para siempre. Un ejemplo más este que demuestra que la poca evolución y llegada de novedades en el segmento de la movilidad se paga realmente caro.
Fuente: Medium (Vine)