Lo que opinamos sobre The Frame Pro: el último televisor de Samsung Neo QLED que parece un cuadro

¿Televisor o galería de arte? Eso es lo primero que te preguntas cuando enciendes (o más bien no enciendes) el nuevo Samsung The Frame Pro. Lo hemos probado durante unos días y sí, es tan bonito como dicen. Pero también tiene cosas que no te cuentan en los anuncios. ¿Vale lo que cuesta? ¿Es más diseño que calidad de imagen? Aquí va nuestra experiencia, sin filtros ni efecto mate activado.
El televisor The Frame Pro Neo QLED de Samsung quiere cambiar la forma en que vemos la tele… literalmente. Porque sí, es una pantalla con resolución 4K, pero su gran baza es estética: cuando no lo usas, se convierte en un cuadro colgado en tu pared, con marcos intercambiables y un modo Arte que impresiona (especialmente a las visitas).
Lo hemos tenido instalado en un salón con buena luz natural, conectado a sistemas de sonido y metido en pruebas con cine, videojuegos y, por supuesto, programas de tarde con calidad dudosa. Y tras unos días de uso, te contamos lo que solo puedes saber después de vivir con él: cómo se ve, cómo suena, qué tal funciona el sensor de luz, y si lo del arte es útil o puro postureo.
Diseño y estética: más cuadro que tele
Lo primero que pasa cuando sacas The Frame Pro de la caja es que dudas de si es un televisor o el marco de un lienzo moderno. El frontal es completamente plano, sin logos visibles, sin bordes brillantes ni florituras. Y cuando lo montas, entiendes por qué este modelo se ha convertido en el preferido de quienes quieren una tele sin que parezca una tele.
En mi caso, lo instalé en el salón con el soporte de pared Slim Fit, que viene incluido y que, sinceramente, debería usarse en todos los televisores del mundo. El ajuste es tan preciso que queda prácticamente pegado al muro, sin ese hueco incómodo que dejan otros modelos. Desde el frontal, parece un cuadro colgado. De hecho, en casa tardaron tres días en darse cuenta de que eso era una televisión.
Yo probé el marco negro mate que viene por defecto, pero puedes comprar marcos opcionales en colores madera, blanco o beige. No es solo postureo: el acabado cambia por completo la percepción del televisor, y puedes adaptarlo al estilo del salón como si fuera una moldura más. Eso sí, los marcos se venden aparte, y baratos no son.
Otra cosa que se agradece es que el cable no cuelga por detrás como en los modelos tradicionales. En su lugar, se conecta a una caja One Connect, que puedes esconder dentro de un mueble, detrás de una estantería o donde quieras. Por fin puedes tener una pared limpia, sin cables colgando ni regletas a la vista.
Calidad de imagen: el Neo QLED se nota, y mucho
Una cosa es ver The Frame Pro en una exposición de Samsung. Otra, muy distinta, es tenerlo en casa, poner tu serie favorita y darte cuenta de que el “cuadro” empieza a emitir luz con una calidad que da gusto. Aquí, el apellido Neo QLED no es solo marketing: la mejora respecto al The Frame normal es clara, especialmente si vienes de un televisor LED básico.
Lo primero que notas es el brillo. En el salón donde lo instalé, entra bastante luz natural por la tarde, y aun así no tuve que bajar las persianas ni pelearme con reflejos. Gracias a la retroiluminación Mini LED, el televisor alcanza un nivel de nitidez y contraste altísimo, incluso en escenas oscuras. Vi The Batman en 4K y los negros se veían negros, pero sin comerse el detalle como en algunos OLED que tienden a «ensuciar» los grises.
Además, cuenta con HDR10+ y Modo Filmmaker, así que si lo tuyo es ver cine tal como se pensó en el montaje, puedes activarlo y olvidarte del efecto telenovela. A mí me convenció: los colores se ven vivos pero no chillones, y el balance general es muy equilibrado.
Uno de los puntos fuertes de The Frame Pro, sin duda. La tecnología Matte Display cumple con lo que promete: nada de reflejos molestos, ni siquiera con una ventana justo enfrente. De hecho, es tan mate que al principio parece que el brillo es más bajo, hasta que te das cuenta de que es solo la textura, porque los colores siguen siendo intensos.
Esto también se nota cuando está en Modo Arte: no parece que haya una pantalla encendida, parece un lienzo con luz propia. Las texturas de las obras ganan profundidad gracias a este acabado, y eso refuerza el efecto “galería”.
Probé contenidos en HD y Full HD, y el escalado automático hace un buen trabajo. No es milagroso, pero suaviza bordes, mejora nitidez y no mete ruido digital raro. Para contenido tipo TDT o vídeos antiguos, es un plus.
Conclusión: no solo se ve bien, se ve muy bien incluso en condiciones difíciles. Si vienes de un televisor LED normal, la diferencia es enorme. Y si vienes de otro QLED, notarás mejora sobre todo en reflejos y negros.
Sonido: correcto, aunque sin milagros
Cuando enciendes esta televisión por primera vez, lo visual te roba toda la atención. Pero después de unas horas viendo pelis o jugando, el oído empieza a reclamar su parte del trato. Y lo cierto es que el sonido cumple, pero no emociona. Está pensado para no desentonar, pero tampoco esperes una sala de cine en casa sin ayuda externa.
El televisor lleva un sistema 2.0 con altavoces ocultos que entrega un sonido limpio y con buen balance en la mayoría de situaciones. Las voces se entienden bien, incluso con diálogos rápidos o series en versión original. A volumen moderado, no hay distorsión y el rango medio está bien definido.
Eso sí, si eres de los que quieren sentir los bajos en el pecho con cada explosión o sumergirte en el sonido ambiental de una peli, se te va a quedar algo corto. El bajo está presente, pero no retumba; y los efectos envolventes, aunque simulados con Dolby Atmos virtual, no crean una burbuja sonora realista.
¿La solución? Una barra de sonido y mejor si es Samsung
Luego lo probé conectado a una barra Samsung con Q-Symphony, y aquí sí cambia la película. El televisor y la barra se complementan (en lugar de anularse), generando una experiencia mucho más rica y envolvente. Los diálogos se mantienen nítidos desde el televisor, mientras que la barra potencia los graves y la espacialidad. En conjunto, es muy recomendable si vas a ver mucho cine, conciertos o jugar a videojuegos inmersivos.
Otras funciones interesantes
- Adaptive Sound+ ajusta automáticamente el perfil según el contenido y la sala. Lo noté útil cuando pasaba de ver una serie a jugar sin tener que tocar nada.
- El televisor detecta automáticamente dispositivos externos y ajusta el audio al instante. Plug & play real.
Smart TV y funciones inteligentes: rápida, intuitiva y muy conectada
Aquí Samsung juega sobre seguro. El sistema operativo Tizen OS ha mejorado con los años y en este The Frame Pro 2024 funciona de forma fluida, sin tirones ni tiempos de espera absurdos, incluso al navegar por menús pesados o al abrir varias apps seguidas. Lo encendí con el móvil en la mano esperando aburrirme con las típicas actualizaciones, pero nada: todo va como la seda desde el minuto uno.
Tienes preinstaladas las apps de siempre: Netflix, Prime Video, YouTube, Disney+, HBO Max… Y puedes añadir prácticamente cualquier servicio vía Samsung App Store. El sistema tiene inicio rápido, posibilidad de dejar apps en segundo plano y funciones multitarea, como pantalla dividida si conectas tu móvil o portátil.
También incluye Samsung TV Plus, con más de 100 canales gratuitos por streaming. Ideal para zapear sin pensar. Yo descubrí un canal de documentales de naturaleza que me tuvo hipnotizado media hora mientras el televisor parecía un cuadro animado. Literal.
Conectividad total: del móvil al televisor en 2 segundos
Este punto lo clava. Si tienes un móvil Samsung, el emparejamiento es casi automático gracias a SmartThings. Pero incluso con un iPhone o Android cualquiera, puedes lanzar contenido por AirPlay 2, Miracast, Tap View o DLNA sin necesidad de apps raras ni cables. Yo probé el modo Tap View y con solo acercar el Galaxy al borde del marco, pum: pantalla duplicada.
Gaming Hub y Multiview: dos joyas inesperadas
No lo esperaba, pero The Frame Pro es una opción viable para jugar, incluso sin consola. Gracias al Samsung Gaming Hub puedes acceder a servicios como Xbox Cloud Gaming, GeForce NOW o Amazon Luna, conectar un mando Bluetooth y jugar en streaming sin hardware. Lo probé con Halo Infinite y, aunque no es como tener la consola física, la experiencia es muy decente para partidas rápidas.
Y si eres multitarea nato, Multiview te deja dividir la pantalla en dos para ver, por ejemplo, un vídeo de YouTube mientras haces una videollamada o sigues una rutina de ejercicios desde el móvil. Súper útil.
Modo Arte: más que un televisor, un lienzo camuflado
El Modo Arte es la seña de identidad de la gama The Frame, pero en esta nueva versión Pro se nota la evolución, sobre todo gracias al panel mate y al nuevo sensor de luz y movimiento. En condiciones normales de casa —con ventanas, lámparas y reflejos—, te aseguro que el efecto cuadro está más conseguido que nunca. Se acabó ese brillo incómodo que te delataba que «era una tele apagada».
Además, incluye una selección gratuita de obras famosas (Van Gogh, Monet, Kandinsky…) y también puedes suscribirte a la Art Store si quieres acceder a más de 2.000 piezas de museos de todo el mundo. Yo opté por la prueba gratuita y terminé eligiendo una serie de acuarelas japonesas que le daban un toque zen al salón.
También puedes subir tus propias fotos. Eso sí, cuanto más alta la calidad, más realista el resultado. Probé con fotos familiares y paisajes de viaje, y el marco + el panel mate los elevaba a la categoría de impresión profesional.
El sensor de movimiento hace que la tele se apague automáticamente cuando no hay nadie en la habitación, y se reactive al detectar presencia. Esto no solo ahorra energía, sino que refuerza la sensación de que tienes un cuadro digital que cobra vida cuando entras en la sala.
Adicionalmente, puedes ajustar el brillo del Modo Arte en función de la luz ambiente, con lo que la imagen se adapta de forma muy natural, sin parecer un panel iluminado.
Conectividad y puertos físicos: limpio por fuera, completo por dentro
Uno de los detalles que más valoro tras probar varios televisores en casa es que los cables no estén a la vista. Y aquí, Samsung sigue apostando por su ya conocido One Connect, un módulo externo donde se conectan todos los cables y puertos, permitiendo que el televisor solo tenga un cable prácticamente invisible. Lo probé montado en pared y, créeme, la estética queda impecable.
Dentro del One Connect nos encontramos con una conectividad a nivel premium, más que suficiente para una instalación completa:
- 4 puertos HDMI 2.1 (sí, compatibles con 4K a 120 Hz y eARC para sonido avanzado)
- 3 puertos USB
- 1 salida óptica digital
- 1 puerto Ethernet RJ45
- Toma RF para TDT y satélite
- CI+
- Entrada de alimentación y salida para el cable One Connect
Además, el televisor incluye WiFi 5, Bluetooth 5.2 y AirPlay 2, lo que garantiza una integración inalámbrica perfecta con cualquier dispositivo móvil, tablet, PC o altavoz inteligente.
¿Eres gamer o lo vas a usar con barra de sonido?
- Los HDMI 2.1 permiten aprovechar al máximo una PS5 o Xbox Series X, con soporte para VRR, ALLM y FreeSync Premium Pro. Lo probé con Hogwarts Legacy en PS5 y la fluidez era excelente, sin ghosting ni artefactos.
- Y si vas a ponerle una barra de sonido, eARC hace que todo se configure automáticamente: nada de andar toqueteando el menú para sincronizar audio.
Lo mejor de este sistema es que puedes tener el módulo escondido dentro de un mueble o en un lateral, y no afecta en absoluto a la conectividad del televisor. En mi caso, lo dejé dentro del mueble bajo el marco, junto con la consola y el router. Resultado: ni un cable a la vista y todo accesible.
Precio y valoración final: ¿vale lo que cuesta?
No nos vamos a engañar: el Samsung The Frame Pro no es el televisor más barato del mercado. Su precio parte desde unos 1.200 € para las versiones pequeñas, pero si quieres una experiencia de galería real en grande (como el modelo de 75 pulgadas), te vas por encima de los 2.000 € fácilmente.
Ahora bien, ¿merece la pena? Si lo que buscas es simplemente un televisor barato para ver el telediario, desde luego no. Pero si quieres diseño, calidad de imagen y una integración perfecta en tu salón sin renunciar a prestaciones Smart TV de gama alta, la respuesta es un rotundo sí.