Más de 150 modos deportivos, batería con gran duración y pantalla AMOLED por menos de 50 €: así es la nueva Xiaomi Smart Band 10

Xiaomi lo ha vuelto a hacer. Con la Xiaomi Smart Band 10, la marca china da un paso adelante en diseño, pantalla y funcionalidades, sin que se te dispare el presupuesto. ¿Puede una pulsera de menos de 50 € ofrecer una experiencia deportiva tan completa? La hemos puesto a prueba y estas son nuestras conclusiones.
Las pulseras inteligentes han dejado de ser un simple medidor de pasos para convertirse en verdaderos asistentes personales. En ese terreno, Xiaomi ha sabido jugar sus cartas como nadie. Con cada nueva generación, ajusta lo justo para mejorar lo esencial: pantalla, batería, sensores y facilidad de uso.
La nueva Smart Band 10 no solo mantiene el precio competitivo, sino que da el salto a un diseño más refinado y una experiencia más madura. ¿Es la mejor pulsera inteligente calidad-precio del momento? Probablemente sí. Pero vamos por partes.
Diseño y pantalla: más grande, más clara, más premium
Lo primero que notas al sacar la Xiaomi Smart Band 10 de la caja es que ha crecido. No de forma escandalosa, pero lo justo para que la experiencia de uso dé un salto importante respecto a generaciones anteriores. La pantalla táctil AMOLED de 1,72 pulgadas ahora ocupa más espacio en la muñeca, con un formato más rectangular que alargado, lo que mejora tanto la estética como la lectura de notificaciones o datos deportivos en tiempo real.
El cambio de formato se agradece especialmente si vienes de una Band 7 o anteriores: el contenido se muestra mejor estructurado y con un brillo que, sinceramente, sorprende en exteriores. En nuestras pruebas al sol, incluso en plena calle a mediodía, la visibilidad era excelente. Xiaomi ha subido el brillo máximo hasta los 450 nits, lo que en la práctica te permite consultar cualquier dato sin necesidad de entornar los ojos.

El marco de policarbonato mantiene el ADN de gama económica, pero no se siente barato. Al contrario, tiene un acabado mate bastante elegante y una curvatura muy suave en los bordes que hace que se adapte con naturalidad a la muñeca, sin presionar ni molestar ni siquiera después de horas de uso continuo. Lo hemos llevado durante entrenamientos largos, siestas con siesta incluida y alguna ducha rápida (aunque más abajo hablaremos de la resistencia al agua), y la comodidad es de sobresaliente.
Mención especial también para las nuevas correas intercambiables sin pin. Se colocan a presión, con un clic rápido y sin riesgo de que se salgan por accidente. Además, Xiaomi ha lanzado varios colores (negro, rosa, azul…) que te permiten adaptarla a diferentes estilos. Nosotros probamos la blanca, discreta pero elegante, y la combinación con la interfaz oscura de la pantalla da un resultado muy sobrio y moderno.
Pantalla | AMOLED de 1,72 pulgadas |
Resolución | 212 x 520 píxeles |
Brillo máximo | 1.500 nits |
Modos deportivos | Más de 150 |
Sensores | Acelerómetro, sensor PPG de frecuencia cardiaca, SpO₂ |
Resistencia al agua | 5 ATM (sumergible hasta 50 m) |
Batería | 233 mAh |
Autonomía | Hasta 16 días (uso típico) |
Conectividad | Bluetooth 5.4 |
Compatibilidad | Android 8.0 o superior / iOS 14.0 o superior |
Carga | Magnética, tiempo estimado de carga 2 h |
Funciones destacadas | Control de música, notificaciones, control del sueño, estrés, PAI |
Precio aproximado | Menos de 50 € |
Funciones deportivas: más de 150 modos y registro preciso
Si hay algo que Xiaomi ha querido dejar claro con esta nueva generación es que la Smart Band 10 no es un simple contador de pasos. Es una pulsera pensada para quienes hacen deporte de forma habitual, aunque no sean atletas profesionales. Y después de probarla durante varias sesiones de entrenamiento, lo cierto es que cumple con nota, teniendo en cuenta su precio.
La cifra impone: más de 150 modos deportivos. Pero, seamos sinceros, no vas a usar ni la mitad. Aun así, el abanico es tan amplio que puedes encontrar desde clásicos como correr, caminar, ciclismo o elíptica, hasta opciones más específicas como yoga, pilates, boxeo o incluso bailes latinos, paddle surf o entreno con pesas. Nosotros probamos running, HIIT y caminatas largas, y el comportamiento fue excelente: el conteo de calorías, el ritmo y la frecuencia cardiaca fueron bastante precisos comparados con otros dispositivos más caros como el Huawei Band 8 o incluso el Apple Watch SE.
La detección automática de actividad ha mejorado. No es perfecta, pero es rápida: si estás caminando un rato sin activar nada, la pulsera te lanza un aviso para registrar el ejercicio, y si aceptas, ajusta automáticamente los datos previos. En nuestras pruebas durante caminatas al aire libre y sesiones suaves de bicicleta estática, detectó el cambio de ritmo y la transición de actividad con bastante acierto.
Además, incluye seguimiento de frecuencia cardíaca en tiempo real, estimación de consumo de oxígeno y control de calorías quemadas. No llega al nivel de un smartwatch de gama alta, claro, pero para un uso diario o de aficionado es más que suficiente. También es compatible con la app Mi Fitness, donde puedes revisar todos los datos con gráficas claras y comparativas por días o semanas.

Y si te lo preguntas: sí, también puedes establecer alertas de inactividad, configurar objetivos diarios o activar un modo de entrenamiento por intervalos. La interfaz es sencilla pero intuitiva, y no hace falta ser un experto para aprovecharla.
Salud y bienestar: mucho más que contar pasos
Uno de los apartados que más nos ha sorprendido al probar la Xiaomi Smart Band 10 ha sido, sin duda, el de monitorización de salud. A pesar de su precio ajustado, ofrece un abanico de funciones bastante completo, y lo mejor es que lo hace sin agobiar con datos innecesarios: todo está bien presentado, es fácil de interpretar y realmente útil para el día a día.
Para empezar, incorpora medición continua de la frecuencia cardíaca, tanto en reposo como durante el ejercicio. Hemos comparado las lecturas con las de un reloj Garmin de gama media y, aunque no son idénticas (ni lo pretendemos), las diferencias son mínimas para un uso no profesional. En caminatas, sesiones de gym y noches de descanso, ha mostrado lecturas coherentes y con una latencia baja, algo que no siempre ocurre en modelos económicos.
También incluye monitorización del sueño, y este es otro punto fuerte. No solo mide las horas dormidas, sino que distingue entre sueño ligero, profundo y fase REM. Después de varias noches con ella, te haces una idea muy clara de tu descanso: si duermes mal, te lo dice (con cariño), y si lo haces bien, te da hasta una «puntuación del sueño» con consejos sencillos para mejorar.

Y ojo, que no falta el seguimiento del nivel de estrés ni la función de ejercicios de respiración guiada, ideal si trabajas en un entorno estresante o simplemente necesitas parar cinco minutos. Nosotros los usamos tras varias jornadas de trabajo intensas, y sí: ayudan más de lo que uno piensa cuando te tomas el respiro en serio.
Además, en el apartado femenino incluye seguimiento del ciclo menstrual y predicciones basadas en tu histórico, algo que cada vez más pulseras integran y que, en este caso, se presenta de forma clara y personalizable desde la app Mi Fitness.
¿Y qué pasa con la saturación de oxígeno en sangre (SpO2)? También está presente, aunque no es un sensor médico, claro. Lo hemos comparado con un oxímetro de dedo y la lectura varía un 1-2 %, lo que entra dentro de lo esperable para este tipo de dispositivos. Es útil para tener una referencia general, sobre todo si haces deporte en altura o si estás pendiente de tu salud respiratoria.
Autonomía: aguanta más de una semana sin despeinarse
Si hay algo que marca la diferencia en las pulseras frente a los relojes inteligentes, es la batería. Y en el caso de la Xiaomi Smart Band 10, podemos decir con total tranquilidad que su autonomía es una de las mejores noticias. Porque sí, tiene pantalla AMOLED, sensores de actividad, conexión constante con el móvil… y aun así aguanta sin problemas más de una semana.
En nuestras pruebas, con brillo automático, monitorización continua de frecuencia cardíaca, registro del sueño activado y uso diario de notificaciones, la Smart Band 10 nos ha dado entre 8 y 10 días de autonomía real, sin tener que preocuparnos ni una sola vez por cargarla. Y esto, para un dispositivo de este precio y tamaño, es un lujazo.
Ahora bien, si eres más conservador y desactivas algunas funciones (como el seguimiento de estrés o el encendido de pantalla al girar la muñeca), puedes estirarla hasta los 12-13 días, según nuestros cálculos. En el otro extremo, si lo activas todo y entrenas a diario, probablemente caerás cerca del 7.º día. Pero en ningún caso tendrás que cargarla cada noche, ni cada dos. Y eso es una bendición en comparación con muchos smartwatches actuales.

La carga se realiza con el ya clásico conector magnético de Xiaomi, que sigue siendo cómodo, aunque no es el más rápido del mercado. En aproximadamente una hora y media tienes la pulsera lista al 100 %, lo que se puede hacer sin problemas mientras trabajas o ves una serie.
Experiencia de uso real: así se comporta en el día a día
Después de una semana con la Xiaomi Smart Band 10 en la muñeca, no podemos evitar pensar que Xiaomi ha vuelto a dar en el clavo con esta pulsera. Es cierto que no revoluciona el mercado —ni lo pretende—, pero mejora justo en lo que tenía que hacerlo: pantalla más grande, navegación más fluida, y batería más que suficiente para el uso diario.
La sensación al llevarla es comodísima. Pesa tan poco (apenas 26 gramos con correa) que llega un momento en que te olvidas de que la llevas puesta. La correa de silicona es suave, no irrita nada la piel incluso haciendo deporte, y el cierre sigue siendo fiable incluso en movimientos intensos. Hemos dormido con ella, corrido con ella, duchado (sí, es resistente al agua), y no ha dado ni una sola molestia.

¿Y qué tal responde en el día a día? Pues muy bien. Las notificaciones llegan al instante, con una vibración suficiente sin ser molesta. La pantalla, aunque más larga que ancha, se ve de maravilla, incluso a plena luz del día, y moverse por los menús es intuitivo. Sí es cierto que el panel vertical puede limitar un poco la vista previa de los mensajes más largos, pero es algo asumible en este formato.
En cuanto a las funciones, tienes de todo y más: control del ritmo cardíaco, nivel de oxígeno en sangre, estrés, sueño, ciclo menstrual, temporizador, control de música, alertas de inactividad… y más de 150 modos deportivos. Para quien quiere una pulsera para estar al tanto de su salud y entrenos sin complicarse, cumple sobradamente.
Resistencia al agua y durabilidad: no teme ni al sudor ni al chapuzón
Una de las grandes ventajas de las pulseras inteligentes frente a muchos smartwatches más delicados es su capacidad para resistir lo que les eches. Y la Xiaomi Smart Band 10 no decepciona: está pensada para acompañarte desde el gimnasio hasta la piscina, y aguantar sin rechistar.
Cuenta con una resistencia al agua de 5 ATM, lo que significa que puedes ducharte, sudar la camiseta o nadar en piscina sin miedo a que sufra daños. Nosotros la hemos probado bajo la lluvia, en sesiones intensas de entrenamiento —de esas que acaban con la camiseta empapada— y en duchas rápidas tras el ejercicio. Sigue funcionando como el primer día.
¿Se puede usar en el mar? Técnicamente, es resistente al agua, pero Xiaomi no recomienda exponerla a agua salada, así que mejor limitar su uso acuático a piscina o ducha. Y si la mojas, basta con secarla bien con un paño suave para que la pantalla vuelva a responder con normalidad.

En cuanto a la durabilidad física, sorprende gratamente: aunque el cuerpo está fabricado en plástico reforzado, tiene una buena sensación al tacto y no da la impresión de ser endeble. La pantalla no se ha rayado fácilmente durante nuestras pruebas, incluso llevándola junto a llaves o en situaciones algo más exigentes como escalada indoor o cardio intenso con peso.
La correa es intercambiable y mantiene el clásico sistema de anclaje de Xiaomi, así que si con el tiempo se deteriora, puedes cambiarla por otra sin dificultad. Además, al ser tan ligera y flexible, resiste bien los tirones, torsiones o enganches accidentales.
Lo mejor y lo peor
Después de probarla durante varios días en distintos escenarios, estas son nuestras conclusiones más directas sobre lo que sí y lo que no nos ha convencido de la Smart Band 10.
Lo mejor
- Pantalla táctil AMOLED de 1,72″ con excelente visibilidad, incluso a pleno sol.
- Diseño ultraligero y cómodo para llevar las 24 horas sin darte cuenta.
- Más de 150 modos deportivos, incluidos algunos que rara vez se ven en pulseras de este precio.
- Autonomía de hasta 14 días, que cumple de sobra si no llevas todo activado a la vez.
- Interfaz fluida y más intuitiva que en modelos anteriores: se agradece el salto en usabilidad.
- Resistencia al agua 5 ATM, ideal para nadar, entrenar y no preocuparse en el día a día.
- Compatible con Android y iOS sin necesidad de líos extra: emparejarla es rápido y sencillo.
Lo peor
- No tiene GPS integrado, lo que obliga a llevar el móvil encima si quieres registrar rutas con precisión.
- Sin asistente de voz ni pagos NFC en la versión global, dos ausencias que se notan en el uso diario.
- La correa sigue siendo algo básica, y aunque cumple, se ensucia fácilmente.
- No puedes responder mensajes ni usar apps de terceros, algo que limita su parte más «smart».
- Las esferas preinstaladas son algo repetitivas, aunque puedes cambiarlas desde la app.
¿Merece la pena?
Después de probarla a fondo, la conclusión es clara: sí, merece la pena, y mucho. Pero, como siempre, depende de lo que estés buscando y con qué la compares. Frente a la Xiaomi Smart Band 8, la nueva Smart Band 10 no solo es más económica, sino que ofrece una pantalla más grande y luminosa, mejor optimización de batería y una interfaz más rápida. Eso sí, la Band 8 sigue teniendo algo más de funciones “premium”, como el modo de colocación en zapatilla o el diseño metálico si apuestas por su versión Pro. Si la comparamos con la Huawei Band 8, aquí el duelo es más parejo. Huawei tiene una estética más rectangular tipo smartwatch y ofrece control de llamadas si la vinculas con móviles Huawei. Sin embargo, la autonomía de la Xiaomi, su ecosistema más amplio y las actualizaciones frecuentes de Mi Fitness juegan muy a su favor.