Se han conocidos cuáles pueden ser los planes de futuro que Apple tiene para su smartwatch. Estos pasan por eliminar el mayor número de partes móviles que se utilizan, un mantra en la compañía desde ya hace tiempo, para de esta forma mejorar opciones esenciales de los Apple Watch.
Lo que se ha conocido no se espera para este mismo año, ya que son desarrollos que tienen como objetivo ser parte de los Apple Watch a medio plazo (2019 o, como máximo, 2020). Por lo tanto, lo lógico es pensar que la nueva generación de estos relojes simplemente recibirá mejoras puntuales como por ejemplo optimización del hardware y, quizá, una versión que incluya paneles más grandes debido a una importante reducción de los marcos utilizados. Eso sí, la nueva iteración del smartwatch se espera para este mismo otoño con la propia de los iPhone.
El nuevo Apple Watch Series 4 tendrá más pantalla y mayor autonomía
La gran novedad para los Apple Watch en la que se trabaja
Según la fuente de la información, la idea que se tiene en la compañía de Cupertino es eliminar el mayor número de elemento mecánicos en el smartwatch del que hablamos. Y, de esta forma, seguir los pasos que se han dado en dispositivos como los Mac o los propios iPhone. Y, para conseguirlo, una de las cosas que se harán es recurrir a la tecnología háptica (esto no es sorprendente ni innovador, pero sí una novedad en lo que tiene que ver con el Apple Watch). De esta forma, el botón externo que incluye el reloj inteligente dejaría de ser «físico» y, simulando pulsación mediante el uso de los antes mencionado, ejecutarían las acciones correspondientes.
¿Y qué consecuencias traería esto? Pues en principio, casi todas positivas. Así, por ejemplo, existirían menos posibilidades de rotura ya que hablamos de un elemento integrado y sólido. Además, se reduciría el espacio necesario para la integración del botón, lo que seguro que es aprovechado por la firma norteamericana para aumentar la carga de la batería lo máximo posible (y, por extensión, se mejorará la autonomía uno de los grandes problemas actuales de los smartwatch). Está por ver si esto tiene aplicaciones adicionales, como por ejemplo aumentar la resistencia al agua -que, lo cierto, no es necesaria ya que los Apple Watch ya están bien equipados este respecto-.
La verdad es que, casi todo lo que implicará el uso de botones físicos con tecnología háptica es positivo, siempre que la implementación sea adecuada -así como la usabilidad-, ya que si la respuesta a la presión no es correcta llegará un gran problema: una mala experiencia de uso. Pero, eso sí, Apple generalmente suele acertar en los anadinos de este tipo en sus equipos.
¿Un acierto para el Apple Watch?
Pues la verdad es que así parece, ya que todos los smartwatch del mercado tienen una gran necesidad de evolucionar, ya que el segmento está muy estancado y no son pocos los que se decantan -y con razón- por las pulseras inteligentes. Evidentemente también se necesita una mejora importante en el sistema operativo watchOS que gobierna a los Apple Watch, y no algo como lo que se ha conocido en el último WWDC 2018. Pero, lo cierto, es que la llegada de la tecnología háptica a este accesorio wearable es una buena noticia.