La línea que separa la gama alta de producto con la media (al menos la que se considera Premium) es cada vez más delgada. Compañías como Honor son las que se han encargado de que esto sea así, ya que sus productos, a nuestro juicio, ofrecen una relación calidad/precio casi inigualable en el mercado actual. Un ejemplo es el Honor 8 Pro.
Y, lo cierto, es que esto es lo que muchos usuarios buscan en un terminal en la actualidad: que no sea muy caro y que les permita disfrutar de todo, y con una experiencia de uso más que correcta. Y, al probar el Honor 8 Pro esto es justo lo que se obtiene ya que hemos disfrutado en primer apersona de las bondades que el dispositivo del que hablamos ofrece. Y, además, no son pocas, por lo que casi todo lo que puedes tener en mente hacer con un dispositivo móvil actual, lo podrás hacer con este modelo que está pensado para los que gustan de una pantalla grande, ya que hablamos de un panel IPS de 5,7 pulgadas con calidad QHD –lo que significa que la definición es muy alta, y disfrutar de películas y juegos es algo más que posible y, a la vez, bastante positivo.
No vamos a ir enumerando las características que tiene este modelo, que son buenas y positivas, sino que nos centraremos en la experiencia de uso que ofrece una vez que se utiliza durante un tiempo. Y, lo cierto, es que esta es bastante positiva. Así, cuando se comienza con la configuración del Honor 8 Pro uno se da cuenta que tanto procesador y RAM son más que suficientes para que la alta resolución antes mencionada de la pantalla no sea precisamente un problema. Es más, el software más complejo se ejecuta con una suavidad destacable, lo que siempre deja la sensación de que el terminal tiene un poco más “guardado” por si fuera necesario. Por lo tanto, el Honor 8 Pro raya a gran altura en juegos (aunque no sea este el dispositivo más capaz en la actualidad), imágenes y todo lo que tenga que ver con acciones conectadas -a Internet, claro-.
El día a día con el Honor 8 Pro
Esto es lo que realmente hace que se conozca de verdad a un terminal: darle uso como modelo principal y, entonces, es posible valorar si merece la pena o no. Y, ya os decimos, que el Honor 8 Pro ha hecho que tengamos claro que la gama media Premium ofrece todo lo necesario para ser la respuesta para la inmensa mayoría de los usuarios, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Nos explicamos: a lo largo de las jornadas hemos apreciado que el Honor 8 Pro es más que suficiente para trabajos como la gestión del correo, actividad en redes sociales, comunicaciones varias e, incluso, para realizar trabajos puntuales gracias a su tamaño de pantalla y excelente respuesta. Pero, hay más, si deseas jugar, y no nos referimos sólo a Pokémon Go, sino a títulos algo más exigentes como puede ser Dead Target –con gráficos en tres dimensiones-, no encontramos problemas de ejecución ni retardos. Esto, por cierto, también se debe a que la interfaz EMUI incluida gestiona de forma eficiente la memoria (trabaja por encima de Nougat, por cierto).
En el manejo del Honor 8 Pro no encontramos grandes problemas, aunque es cierto que se tiene uno que acostumbrar a las dimensiones de su pantalla si se llega de un modelo de 5 o 5,2 pulgadas. A destacar, que la inclusión de Gorilla Glass 3 se muestra solvente, por lo que no encontramos problema alguno al llevar el terminal en el bolsillo –sí, lo hemos hecho, y no ha resultado especialmente incómodo-, por poner un ejemplo. Y, si te preguntas por la autonomía, hay que decir que los 4.000 mAh de su batería son una gran noticia que se confirma como positiva en el día a día, pero si se abusa de tener la pantalla encendida y el procesador trabajando al máximo, es cierto que el drenaje no es el más lento que hemos visto. Para solucionar esto, el terminal cuenta con recarga rápida (propietaria, eso sí), que funciona bien y que se incluye todo lo necesario para aprovecharla al recargar con el puerto USB tipo C que hay en el Honor 8 Pro… Completito el dispositivo.
Algunos detalles que son útiles en el Honor 8 Pro
Posiblemente el que más nos ha gustado es el lector de huellas, que no por ser novedoso, pero sí por su funcionamiento, excelente en precisión y rapidez de ejecución. Aparte, este elemento situado en la parte trasera reconoce gestos, por lo que de forma muy ergonómica es posible realizar acciones sin tener que dar uso nada más que a una mano –como puede ser desplegar la Barra de notificaciones-. Una vez que te acostumbras a su uso, la utilidad es incuestionable y volver a un modelo que no lo ofrece cuesta un poco. Aquí, en lo que tiene que ver con este accesorio, Honor cumple con creces.
No se debe olvidar que el Honor 8 Pro incluye una cámara trasera con doble sensor (12 + 12 Mpx). Esto le permite hacer unas fotos de calidad en líneas generales, con una aplicación completa y que en menos de cinco minutos se aprende manejar –se puede mejorar su velocidad de funcionamiento, eso sí-. Además, es posible grabar a 4K con estos componentes, y a destacar es el conseguir el efecto bokeh de forma sencilla y que las tomas en blanco y negro son de una calidad excelente. Vamos, que va mucho más allá de ofrecer una calidad adecuada para compartir las imágenes en Facebook… incluso, le hemos podido dar algún uso más profesional en momentos puntuales.
Por todo lo comentado, y otros añadidos como sus 64 GB de almacenamiento ampliables –en el periodo que lo probamos no llegamos, ni por asomo, a llenar la capacidad interna y eso que almacenamos muchos vídeos y música- o la inclusión de NFC para hacer pagos con el móvil, está claro que el Honor 8 Pro es un modelo que nos ha convencido más de lo que esperábamos en un principio y que, si te haces con él, va a responder a lo que demandas sin que te tengas que dejar una cantidad de dinero desorbitada (y que se puede comprar ahora mismo en la web oficial de la compañía por unos 549 euros con el regalo de una funda Flip Case).