Aunque Siri se creó como empresa en el año 2007, no fue hasta 2010 que Apple se la compró para utilizar su tecnología en su ecosistema de dispositivos móviles. Y aunque en un principio llegó solo a los iPhone y más tarde a los iPad, ahora su asistente personal está presente en los Mac, los Watch y hasta en el Apple TV (el de cuarta generación).
El caso es que, como seguramente sabéis, Siri llegó en primer lugar en inglés ya que no es tarea sencilla adaptar su inteligencia artificial para los distintos países e idiomas que hay y, por eso, tardó en aterrizar en nuestro país. Fijaos si fue necesario un trabajo previo que hasta 2012 no tuvimos noticias de él en nuestros iPhone e iPad. Pero, ¿qué necesita Apple hacer para que su asistente personal esté completamente preparado para llegar a un nuevo territorio?
Siri aprende con el uso
Una de las claves de Siri y, por supuesto, de cualquier asistente personal, es su capacidad para aprender, para ir recogiendo nuevas expresiones y añadirlas con sentido en futuras conversaciones. Ahora mismo esta tecnología de Apple está presente solo en 36 países aunque son muchos si los comparamos con los que soportan los asistentes de Google, Amazon o Microsoft, que no llegan a la decena.
Ha sido el jefe del equipo de voz de Apple, Alex Acero, el que ha explicado cómo trabajan desde la compañía para llevar un nuevo idioma a Siri. Y el proceso pasa por conocer primero todas las posibles variantes que ofrece esa lengua. Para ello contratan a personas que leen a Siri en distintos acentos e incluso dialectos, posteriormente se transcriben y así el equipo encargado conoce el sentido de esas expresiones. Finalmente, se graban palabras con distintas voces para crear un patrón fonético de la lengua y que así Siri sea capaz de reconocer lo que le decimos, ya sea nuestra voz grave, aguda, alta o baja.
Evidentemente este proceso no garantiza que el sistema no reconozca algunas cosas, pero para eso está el trabajo posterior que intenta ir añadiendo nuevos contenidos a esa base aprendida por Siri. El objetivo es, según Apple, ir reduciendo los posibles errores a la hora de reconocer todo lo que le decimos y, más importante todavía, vincular ese significado a una tarea o una acción concreta en iOS, macOS, tvOS o watchOS.
Llegan las voces de Siri
Todo ese trabajo que os hemos explicado es anterior a que Siri tenga su propia voz. Ese tono metálico de mujer (o no) que nos responde algunas veces con bastante gracia. Es cuando la estructura del idioma está plenamente definida cuando Apple contrata a uno o más actores para ponerle voz en un idioma concreto. Decir que siempre que Siri llega con una nueva lengua, lo hace con un catálogo limitado de funciones que se circunscriben a unas preguntas frecuentes para, en los siguientes tiempos, ir añadiendo mejoras que se suceden con una periodicidad de dos semanas.