Hace ya unos cuantos años que las cámaras térmicas existen y están entre nosotros. Su primer uso data de 1958, con uso estrictamente militar. Pocos años después, en la década de los 60 llegaron las primeras cámaras térmicas para usos industriales. Ahora, especialmente, en los últimos años la termografía es una tecnología ya no solo novedosa, sino accesible a prácticamente cualquier bolsillo, especialmente para un uso laboral.
Si bien también se pueden destinar a un uso personal, es bastante improbable o poco efectivo guardar una cámara térmica en el cajón de casa. Y es que, como te contábamos, su uso se limita especialmente a todo tipo de trabajos que son difíciles de definir. Hablamos de que su horquilla de aplicaciones es bastante amplia, como desde un taller mecánico para saber la temperatura de cualquier pieza, hasta detecciones de fugas o para aplicaciones médicas e incluso veterinarias.
Sin embargo, tampoco deseches la opción de tener una en casa. Su precio tampoco es desorbitado como para dejar de comprar una. Como es natural, existen muchos tipos de ellas y las calidades son las que definirán un precio u otro, pero la podrás utilizar para fugas calóricas en casa, o hasta plagas de animales. Como te decimos, el límite lo pones tú (y el precio de las mismas, que no suele bajar de los 200 euros).
Sea como fuere, hoy en Topes de Gama pretendemos alumbrar un poco más este tema y dar una solución a todos aquellos particulares o profesionales que quieren hacerse con una. ¡Sigue leyendo si por el motivo que sea te interesa hacerte con una!
Cómo funcionan y usos de las cámaras térmicas
¿Sabes cómo funciona una cámara térmica o qué usos le podrías dar? En primer lugar, estas cámaras, como su propio nombre indica, llevan una lente a través de la cual se emiten rayos infrarrojos. Esos rayos, lo que hacen es hallar la temperatura de todo lo que apuntemos: desde un cuerpo, una pieza metálica o hasta una fuga de gas. Ten en cuenta que todos los cuerpos por encima de los -273 grados emiten radiación infrarroja, o lo que es lo mismo, calor.
Una vez se emiten los rayos a través de la lente, la cámara convierte la energía térmica en luz, o, en otras palabras, lo que ves reflectado a través de la pantalla. Esa luz tiene una variedad lumínica de lo más variada, que, en otras palabras, se traduce en diversas tonalidades que se referencian con la temperatura de color. Todo lo hace a través de un sensor térmico: el micro bolómetro. Una vez recibe esa radiación, se calienta, aumentando la resistencia eléctrica y mostrando una determinada temperatura.
Por ejemplo, los tonos lumínicos más rojizos denotan una elevada temperatura, mientras que los grises son objetos inertes sin temperatura, o colores fríos significa una temperatura poco elevada, como puedes imaginar. Su funcionamiento es simple, simplemente encendiendo y apuntando al lugar que se quiera, y sus resultados son inmediatos.
Habitualmente suelen incluir múltiples modos de imagen térmica más allá del modo infrarrojo para labores industriales. Su uso no requiere de ser alguien altamente cualificado ni mucho menos, como puedes imaginar. Simple pero certero y efectivo.
Algunos de sus usos pueden ser los siguientes:
- Control de temperatura en personas. Muy conveniente para controles de acceso. Es altamente fiable, mucho más que un termómetro de pistola.
- Fabricación de circuitos electrónicos
- Localización de personas/animales
- Usos industriales como aislamiento calórico, circuitos de calefacción, así como piezas mecánicas
- Fontanería
- Construcción: humedades, escapes de gas o calor, eficiencia energética
- Usos de seguridad en investigación, plagas, fauna, control de personas…
Todo esto es lo que has de saber sobre las cámaras térmicas
Ahora damos paso a un apartado que es imprescindible, literalmente. Te recomendamos no saltarte ni una coma. Y es que en dispositivos tan técnicos es conveniente tener en cuenta una serie de cuestiones antes de comprar, porque elegir mal, puede lastrar consecuencias. Así que, esto es todo lo que deberías decidir antes de darle al botón de comprar:
- El tipo de cámara térmica. En este sentido haremos una clara distinción entre los dos modelos principales (aunque hay más). Las de mano o pistola y las de móvil. Las más cómodas son las primeras, ya que solo has de sujetarlas por el mango y apuntar hacia el lugar al que quieras. Por otra parte, existen unos sensores que se adaptan a los teléfonos móviles y que son también muy útiles para utilizarlos con las cámaras del propio smartphone.
- La precisión con la que miden es también verdaderamente importante. Para medir la precisión hay que medirla en grados. Intentaremos buscar modelos que tengan una aproximada de hasta +-1ºC. Todo lo que se mueva en +-5ºC no merecería la pena, pues no ofrecería una suficiente calidad.
- La resolución de las pantallas es también primordial. Ten en cuenta que es uno de los apartados principales de toda cámara, y a través de la cual mediremos lo que vemos. En este sentido, las bajas resoluciones deberían descartarse por una mala calidad final. Será conveniente optar por modelos que especifiquen ‘alta resolución’ o algo similar a los 320 x 240.
- La batería es una cuestión que tampoco deberías dejar a la elección del azar. Los modelos más normales se mueven entre las 6 y las 10 horas aproximadamente. Todo lo que se mueva entre ese rango será correcto.
- ¿Cuál es el rango de medición del que disponen? Se mide en grados, como es de esperar. Lo óptimo será que sean capaz de medir a partir de los -10 o -20ºC. A partir de ahí, todo lo que se inferior en números negativos y superior en positivos será óptimo. Por ejemplo, algunas profesionales empiezan a medir desde los -40ºC y llegan hasta los 120ºC, o incluso hasta más de 500 o 1000ºC.
- El rango de precios es muy pero que muy extenso. Hablamos de modelos básicos que cuestan 200 euros, pasando por los intermedios que cuestan unos 400 o 500 euros y hasta los más de mil. Dependiendo del tipo de usuario que seas te convendrán más unos u otros. En la selección que hagamos a continuación definiremos bien cada tipo de ellos para que elijas consecuentemente.
Una vez has entendido correctamente todas estas cuestiones, es hora de pasar a los diversos modelos que podemos encontrar en el mercado actual. Para todos los usos y precios, estas son las mejores con las que puedes hacerte:
Cámaras térmicas para un uso doméstico o profesional
En primer lugar, te recomendamos una serie de modelos de cámaras térmicas de mango o pistola. Son las más habituales, y las más fáciles de usar, así como las que mejor calidad-precio tienen por lo compacto y funcional de su diseño. Las puedes encontrar en todos los precios, calidades, resoluciones y precisiones. Con cualquiera de ellos acertarás en su correspondiente rango de precios:
Nofaya
Si lo que buscas es algo sencillo y sin demasiadas complicaciones, además de un presupuesto ajustado, esta de Nofaya es para ti. Con cerca de 200 opiniones positivas es una de las más vendidas de todo el catálogo de Amazon. Destaca por contar con múltiples modos de imagen térmica: infrarrojo, de detección de borde infrarrojo y de fusión de luz dual.
Dispone de gatillo para función de disparo. Pulsando en él podrás obtener, a través del punto central negro en la pantalla, el valor de temperatura de dicho lugar. La información o temperatura aparecerá reflejada en la esquina inferior izquierda de la pantalla. Dispone de una buena resolución de 32 x 32 pulgadas, fácil y simple de leer.
Como te contábamos, su precio hace de este modelo uno de los más asequibles: unos 200 euros a través de Amazon.
Topdon ITC629
No hemos podido pasar por alto este Topdon, otro de los modelos más profesionales y vendidos para todos los usos que te puedas imaginar. Produce una resolución de alta calidad: 220 x 160 con un rango de temperaturas que van desde los -20ºC y hasta los 450ºC. Su sensibilidad térmica es de solo 0.07 ºC, capaz de capturar todos los objetos, detalles y personas a tu alrededor. Es una verdadera lowcost pero con prestaciones de alta calidad.
Dispone de 5 paletas de colores y 4 modos de medición distintos. Puedes elegir entre modo arco iris, rojo hierro, color frío, calor negro o calor blanco, haciendo de las lecturas algo más fácil de visionar. La medición tiene un campo de visión de 35 x 26 grados.
Podrás hacerte con esta cámara térmica por unos 399 euros en Amazon. ¡Un precio redondo para uno de los mejores modelos en cuanto a calidad y precio!
Flir C5
Por último, uno de los modelos más compactos que existen, la Flir C5. Se trata de una cámara portable, de lo más pequeña y compacta que realiza las mismas funciones que una pistola, con la salvedad de que es mucho más pequeña. De hecho, es 3 en 1: cámara térmica, de inspección visual y LED.
Para la cámara térmica ofrece una resolución de 160 x 120 píxeles, diseñada para un uso profesional. Si lo que estás buscando es algo funcional y cómodo, esta es una de las mejores para guardar incluso en el bolsillo.
Dispone de software que te permitirá descargar en tu teléfono móvil y hacer trasvase de toda la información de la cámara al smartphone, ¡así de fácil! Te podrás hacer con esta cámara por unos 800 euros aproximadamente.
Bosch Professional 12V
Como bien sabes, Bosch, es una de las marcas más experimentadas en lo que a herramienta se refiere. Y este modelo no iba a ser menos (sí, también en precio). Dispone de una resolución de 160 x 120 píxeles con un rango de medición que va desde los -10ºC y hasta los más de 400ºC aproximadamente. Dispone de una buena precisión, con memoria interna capaz de guardar hasta 500 imágenes.
Dispone de conectividad WiFi y USB, con una autonomía que le confiere hasta 9 horas de utilización con una sola carga. Es tan moderna que incluso te permite enviar toda la información que recibas en la cámara a tu teléfono nota, así como añadir notas, personalizar imágenes o enviar imágenes térmicas a clientes. Fácil y profesional, su precio es alto: unos 1.000 euros.
Flir E8-XT
No podíamos dejar pasar la oportunidad de ofrecerte un modelo realmente profesional. Si te dedicas a algún trabajo que requiera una herramienta de calidad que sepas que no te va a fallar, esta Flir E8-XT es una de las mejores en el mercado actual, literalmente. Dispone de una resolución IR de 320 x 240 píxeles y un rango de temperaturas de hasta más de 550 grados, partiendo desde los -20.
Te ofrecerá un buen detalle de toda imagen térmica, con Wi-Fi integrado para conectarse a través del móvil u ordenador y compartir imágenes e informes. Es extremadamente fácil de usar, compacta y resistente, ¡pesa tan solo medio kilo! Es capaz de grabar en JPEG estándar con datos de temperatura incorporados.
Eso sí, pagarás el precio de tan altas prestaciones: en Amazon está a unos 3.500 euros aproximadamente.
Cámaras térmicas para acoplar a tu smartphone
En segundo lugar, como te prometimos, una serie de cámaras que podrás acoplar fácilmente a la cámara trasera de tu teléfono móvil. Su funcionamiento es prácticamente idéntico:
Flir One
De manos de la una marca que ya hemos visto, Flir presenta esta cámara térmica que se acopla de forma rápida y sencilla a la parte trasera de tu teléfono móvil. Existen dos modelos, que son prácticamente iguales, con la diferencia de que uno es compatible con Android y otra lo es para iPhone.
Simplemente acóplala en la parte trasera. Dispone de una batería de 40 minutos, y va conectada al puerto USB tipo C de tu teléfono móvil (requisito indispensable en el caso de Android).
Descargando la aplicación en el móvil podrás ver en tiempo real el mapa a color con la temperatura indicada. Dispone de tecnología MSX para registrar una imagen visible en una térmica con la mejor calidad posible. En cada uno de los dos modelos el precio varía
En cualquier caso, este es el link del modelo a Android:
Y esta es la cámara con compatibilidad para iOS:
Flir One Pro
En este caso te traemos un modelo vastamente superior a los dos anteriormente vistos. Este Flir One Pro es única y exclusivamente válido para Android. A diferencia, cuenta con aplicación con informes automatizados, spot meters y consejos en tiempo real, además de trucos.
Su rango de temperaturas es también mejor, así como la resolución y compatible con mayores carcasas que el modelo básico. Su batería aproximada es de unos 20 minutos y su precio sube hasta los 500 euros.
Nuestra recomendación: mejores cámaras térmicas
¿Con cuál nos quedaríamos? Nosotros tenemos clara nuestra decisión. Por un presupuesto altamente competitivo la de Topdon. Cumple con todos los requisitos, resoluciones y rangos de temperaturas necesarios para un uso. Tanto si la quieres para un uso doméstico o profesional, ¡es perfecta!