El año pasado se conoció que Google está trabajando en un sistema operativo que sea capaz de sustituir (fusionando) los que ahora mismo tiene: Android y Chrome OS. Pues bien, este desarrollo se conoce como Fuchsia OS y hemos podido conocer en qué estado se encuentra el trabajo. Te lo contamos con algunas imágenes.
Una de las buenas noticias de Fuchsia OS es que ha dejado de ser un desarrollo que se maneja mediante el uso de línea de código, por lo que ya tiene una interfaz de usuario más o menos avanzada en la que claramente hemos podido ver que el trabajo con tarjetas (similares a la que se pueden ver en Google Now) es clave. Así, para ir a los diferentes elementos que se podrán mostrar en pantalla el uso de gestos es básico en el sistema operativo –en forma de arrastrar en vertical-. Es decir, que se deja atrás el desplazarse de forma lateral y las pulsaciones constantes en la pantalla táctil.
En este desarrollo que pretende unificar los sistemas operativos de Google de una forma propia, la interfaz de usuario, que por lo que hemos podido ver apunta a necesidades muy grandes de procesamiento ya que la idea es mostrar mucha información en ejecución, tiene por nombre Armadillo. Esto obligará a que la cantidad de RAM sea bastante elevada y, también, que los SoC (procesador) tenga una potencia bastante grande. Por lo tanto, no parece que a corto plazo Fuchsia OS pueda ser una realidad en el mercado, lo que también es evidente ya que se está en una fase temprana de evolución.
Más detalles de Fuchsia OS
Este desarrollo, que no estará basado en Linux como Android (para ello Google desarrollado un kernel propio que, según parece, está muy bien dimensionado y por el momento es bastante simple), se gestiona como si de una gran página se tratase -de ahí el desplazamiento vertical antes mencionado-. Por cierto, no hay botones para ir hacia atrás y, el único existente, en el que se puede considerar como «Home» que permite volver al lugar en el que se ve el perfil de usuario, que si se pulsa en él se ve información de, por ejemplo, la carga de la batería restante o la red WiFi que se utiliza.
Otro buen detalle será que la ejecución de las aplicaciones así como la entrada en la multitarea -que será clave en Fuchsia OS-, se consigue con la pulsación continuada de una de las tarjetas existentes. De esta forma, el crear conjuntos de desarrollos similares que se puedan fusionar será importante para una buena estructura de lo que se muestra en la interfaz Armadillo.
Qué supone esta llegada para Google
Aparte de conseguir normalizar los sistemas operativos de la compañía, algo necesario ya que como hemos comentado en Topes de Gama la ejecución de aplicaciones Android no avanza como se esperaba en Chrome OS, hay algo que es muy importante: el control. Utilizar un kernel propio libera a Google de algunas ataduras respeto al de Linux y, por lo tanto, puede evolucionar de la forma que crea conveniente potenciando apartados que considere esenciales para sus dispositivos y software.
Aparte, con la llegada de Fuchsia OS se podría acabar con las personalizaciones de su sistema oeprativo, algo muy habitual en teléfonos y tablets. Y, esto, sería así aún manteniendo la distribución libre del desarrollo del que hablamos (ya que podría esconder el kernel, poniendo las cosas muy complicadas a los desarrolladores externos). Por lo tanto, aparte de normalizar todo lo que tiene que ver con el sistema operativo del que hablamos, el control (y cierta «applelización») sería otras de las consecuencias positivas para Google.
Veremos si en el próximo Google I/O que se celebrará a finales de mayo de 2017 se conocerán más detalles de Fuchsia OS, todo apunta a que así será. Si deseas conocer en tu terminal como es la interfaz Armadillo, puedes hacerlo utilizando el archivo APK que existe en el siguiente enlace. Este sólo permite explorar y revisar lo que hemos comentado, no acceder al código.