¿Te estabas planteando hacerte con un monitor 4K, pero no estás seguro de si realmente merece la pena? No te preocupes, porque te lo vamos a contar todo: qué debes tener en cuenta a la hora de elegir, en qué momentos merece la pena, cuáles son las ventajas e inconvenientes… ¡Sigue leyendo!
Los monitores 4K son perfectos para todas esas personas que necesitan la máxima resolución, ya sea trabajando, jugando o editando. Pero, claro, su precio suele ser bastante superior a la media. Entonces, ¿merecen realmente la pena? Justo de esto venimos a hablarte en esta guía de compra, de todo lo que debes considerar antes de lanzarte a hacer una compra como esta. Además, queremos guiarte a lo largo de todo el proceso, para que así te resulte más sencillo elegir el mejor para ti. ¡No te lo pierdas!
Qué características se deben tener en cuenta
A la hora comprar un monitor 4K es conveniente tener en cuenta una serie de características que deben contar y que os pasamos a resumir a continuación:
- Uso principal: no todos los monitores 4K son iguales y tampoco están concebidos para un mismo uso. Por ejemplo, los jugadores priorizarán que cuente con frecuencias de actualización rápidas y los tiempos de respuesta bajos. Por otro lado, los profesionales deben priorizar la precisión del color y los usuarios más generales que el panel sea de buena calidad.
- Tamaño: lo ideal es que sea, al menos, de 27 o 28 pulgadas, ya que de esta forma se pueden mostrar los contenidos con una gran precisión y con una amplitud más que correcta. Eso sí, es necesario asegurarnos de que tenemos espacio suficiente en la mesa para acomodar un monitor de cierto grande.
- Tipos de pantalla: otro apartado importante es el tipo de panel. Podemos encontrar paneles TN, VA, IPS o PLS. Para elegir el tipo de panel debemos tener claro el uso que vamos a darle y del dinero a gastar. Por lo general, para jugar de forma regular, se suele optar por monitores que incluyan un panel TN. Para enfoques relacionados con el diseño y la edición de vídeo o fotografía, la mejor opción pasa por un panel IPS.
- Soporte para HDR: el uso de esta tecnología será especialmente apreciada por jugadores y cinéfilos, ya que se encarga de aumentar el rango dinámico de blancos y negros para mostrar una imagen más nítida y detallada.
- Espacio de color sRGB: aspecto especialmente importante para fotógrafos, profesionales de la edición de vídeo y diseñadores. Cuanto más alto sea este valor más cercano será la representación del color con respecto a la realidad.
- Tasa de refresco: se encarga de indicar la cantidad de veces que nuestro monitor se actualiza con nueva información por segundo y se mide en hercios (Hz). Es especialmente importante para jugadores, que necesitarán al menos 75 Hz, aunque lo ideal son 120, 144 Hz o 165 Hz, lo habitual en Full HD, si bien en 4K es complicado llegar a esas cifras. En la mayor parte de las opciones nos tendremos que conformar con 60 Hz.
- Tiempo de respuesta: otro dato relevante para quienes lo vayan a usar para jugar. El tiempo de respuesta nos dice cuánto tarda un monitor en cambiar de píxeles individuales de negro o blanco. Es importante que este tiempo de respuesta sea lo más bajo posible. Los tiempos de respuestas altos pueden ocasionar desenfoques en el movimiento al jugar o al ver escenas de acción en vídeos. Para jugar lo ideal es que este tiempo esté por debajo de los 5 ms. Para otro tipo de tareas no es un valor demasiado significativo.
- Diseño: los monitores 4K en su mayoría son planos, aunque también podemos encontrar alguno curvo. Los curvos son usados especialmente para el gaming, ya que la curvatura ayuda a tener una sensación más inmersiva. Para visionar contenido en streaming o trabajar, seguramente un monitor plano sea la mejor opción.
- Fatiga visual: si pasamos muchas horas frente al PC, es posible que los ojos pueden sufrir debido a las emisiones de luz azul. Para evitarlo, muchos monitores 4K mejoras las emisiones de la luz azul e incorporan tecnologías como Low Blue Light o Eye-Care.
- Conectividad: para poder aprovechar la resolución 4K del monitor es importante que cuente con conexiones Display Port, que admite una resolución de 3840 x 2160 (4K) a 60 cuadros por segundo, o HDMI, la más usada para conectar nuestra consola. Las conexiones VGA o DVI no son las ideales para este tipo de resolución, aunque hay modelos que las incluyen.
- Tecnología Freesync: muy apreciada por los jugadores y amantes de las películas de acción. Se incluye en monitores de gama baja para mejorar el rendimiento en juegos, evitando la aparición de imágenes cortadas o desenfocadas cuando hay un ritmo frenético en pantalla.
- Ángulos de visión: hay que tenerlo en cuenta sino vamos a mirar el monitor de frente, si no desde un lateral. Contra mayor ángulo de visión mejor lo podremos ver si estamos orientados hacia un lado u otro. Lo ideal es que cuente con un ángulo de visión de 178/178º.
- Extras: nos puede resultar interesante que cuente con algunos extras como altavoces integrados para no tener que depender de altavoces externos, o puertos USB que nos permitan conectar dispositivos directamente al monitor.
- Estructura, inclinación y montaje: es importante es que sea posible ajustar tanto la altura como la inclinación del dispositivo para que de esta forma se adapte a nosotros perfectamente para ofrecer una excelente ergonomía y que no nos cansemos tras largas sesiones de uso. Otro detalle en el que hay que fijarse en el apartado del diseño es en la base. Esta tiene que ser especialmente amplia y estable. También resulta positivo es que se incluya un sistema para colocar los cables y que no molesten en el escritorio. Además, otra opción muy interesante es que el monitor elegido sea compatible con el sistema de montaje VESA. De ser así, podremos colgarlo en la pared para ahorrar espacio en la sala.
- Presupuesto: sin duda un apartado muy importante, ya que en función del dinero que estemos dispuestos a gastar podemos optar a monitores que cuenten las características vistas anteriormente. Es posible encontrar modelos más básicos por entorno a los 200 €. A partir de ahí, lo que necesitemos, 400, 700 o incluso 1000 € para los más sibaritas.
Una vez tenidas en cuentas todas estas características, te ayudarán a saber cómo es el monitor que necesitas según tus necesidades.
Ventajas e inconvenientes
Poco a poco la tecnología 4K se ha ido posicionando en el mercado. Aunque en un principio llegó principalmente a los televisores, ya también vamos a encontrar un amplio abanico de monitores que alcanzan esta resolución. Pero, antes de nada, debemos plantearnos si realmente necesitamos un monitor con esta resolución, ya que cuenta con muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes:
Beneficios
Los monitores 4K tienen muchas más ventajas si los comparamos con los de menor resolución, como Full HD (1080p) o HD (720p). Algunos de sus puntos a favor son:
- Mayor resolución: los monitores 4K alcanza una resolución de 3.840 x 2.160 píxeles. Esto permite que podamos percibir mucho más los detalles cuando estamos cerca de la pantalla, evitando apreciar los molestos píxeles. Además, mejoran las emisiones de la luz azul, lo que repercute de forma positiva en nuestra vista.
- Profundidad de color: mientras que los monitores tradicionales en Full HD llegan hasta los 10 bits de color, los monitores 4K son capaces de alcanzar los 12 bits. Gracias a que hay más cantidad de píxeles, las imágenes y los vídeos suelen tener un aspecto más nítido y realista.
- Fabricantes: cada vez apuestan más por la tecnología 4K, tanto en monitores y televisores como en otros dispositivos como cámaras de fotos y vídeo. Además, las plataformas de contenido en streaming suelen incluir muchos de sus productos en calidad 4K.
- Máximo provecho al gaming: tanto las consolas de nueva generación (PlayStation 5 y Xbox One) como las tarjetas gráficas de gama alta permiten la reproducción de juego en 4K, lo que nos permite disfrutar de la mejor experiencia en un monitor de estas características.
- Utilizan el códec HEVC (H.265): este código es usado en los monitores 4K, siendo capaz de comprimir un archivo en menos de la mitad de espacio que lo hace el códec H.264, manteniéndola misma calidad de imagen. Además, mientras que el H.264 se encuentra limitado a 60 FPS, el H.265 es capaz de alcanzar los 300 FPS.
- Ideal para edición. Como tiene una mayor cantidad de píxeles, todo se ve con más detalle. Esto es perfecto para quienes trabajar editando vídeos o fotografías. Los profesionales que trabajan con diseño gráfico u otras técnicas creativas, es habitual que elijan estos monitores para ver sus trabajos sin tener que hacer zoom constantemente. De hecho, se dice que mejoran la productividad porque nos permite ver más información de una vez.
- Mayor compatibilidad. Conforme la tecnología avanza, lo recomendable es elegir modelos actualizados si quieres renovar un monitor. En este caso, los que tienen resolución 4K están preparados para dar soporte a una mayor cantidad de contenidos. Esto también sirve para tener en cuenta que los monitores 8K, aún no son la mejor opción (ni por precio ni por conveniencia).
Inconvenientes
Pero no todo es perfecto en este tipo de monitores y también cuentan con algunas desventajas que debemos conocer:
- Falta de contenido: en la actualidad, puede que no haya aún todo el contenido en 4K que nos gustaría. Más allá, de las plataformas en streaming como Netflix o YouTube, algunos juegos y formato físicos como el Blu-ray, lo cierto es que se trata de un contenido aún muy exclusivo. Por supuesto, lejos quedan los canales de la TDT, que apenas llegan al HD (720p).
- Ancho de banda: en el caso de que queramos reproducir contenido en streaming 4K, será necesario disponer de una buena conexión a Internet. Y es que a medida que crece la resolución también lo hace el ancho de banda necesario. Al menos, necesitaremos una conexión 100 Mbps y usar una conexión por cable o, al menos estar lo más cerca posible del router.
- No lo podremos aprovechar con una tarjeta gráfica de gama baja: si queremos ver el contenido de nuestro PC en 4K con este monitor, es un requisito indispensable que nuestra tarjeta gráfica sea capaz de emitir la señal en esta resolución. Esto no suele ser posible con tarjetas de gama baja, así que tendremos que asegurarnos de que nuestra gráfica cumple este requisito, pues en caso contrario debemos de cambiarlas y no están precisamente baratas.
- Precio: pese a que con los años va bajando, lo cierto es que en muchos casos sigue estando lejos de alcance de muchos usuarios. Debemos estar atentos a ofertas concretas para conseguirlos a precios más asequibles, ya que por menos de 200 € son pocos los modelos disponibles. Así pues, si no estamos dispuestos a realizar la inversión, no podremos acceder a ellos fácilmente.
- Fatiga de la vista. Al tener una mayor densidad de píxeles, esto puede hacer que los textos sean más pequeños y la vista se canse más fácilmente. Ten en cuenta que los monitores se suelen comprar para pasar varias horas delante de él. Lo normal es que se aumente el tamaño de la fuente o la distancia para que la experiencia sea mejor.
- Tamaño de pantalla. Aunque hay monitores pequeños, elegir una resolución 4K suele conllevar tener más pulgadas. Esto puede jugar en contra si quieres más versatilidad sin aumentar el tamaño del monitor.
- Consumo de la luz. Este tipo de pantallas pueden consumir más luz que los que tienen una resolución inferior. Aunque no es un gasto desmesurado, podrías notar cierto aumento en la factura de la luz.
Una vez vista tanto las ventajas como las desventajas, cabe señalar que un monitor con esta resolución está concebido especialmente para usuarios que quieran disfrutar de contenidos en 4K, ya sea desde un reproductor Blu-ray o de algunas de las plataformas de reproducción en streaming. También es perfecto si tenemos una consola o un PC con una gráfica capaz de reproducir juegos a esa resolución. Igualmente, es idóneo si lo necesitamos para trabajar, por ejemplo, para editar fotos o vídeos en alta resolución. En caso contrario, deberíamos centrarnos en un monitor Full HD.