Ligero, con 16 GB de RAM, 1 TB de almacenamiento SSD y un precio increíble: probamos el portátil de Lenovo top ventas y estas son nuestras impresiones

¿Un portátil con procesador de 13.ª generación, 16 GB de RAM y 1 TB SSD por menos de lo que cuesta un móvil? Sí, existe, y se llama Lenovo IdeaPad Slim 3 Gen 8. Lo hemos puesto a prueba durante varios días y podemos decir que es una de las mejores sorpresas calidad-precio del año. Te lo contamos con detalle, desde la fluidez con muchas pestañas abiertas hasta cómo rinde en tareas más exigentes.
No todos necesitamos un portátil gaming de 2.000 €, ni un MacBook para editar vídeo en 8K. A veces, lo que buscamos es un equipo rápido, con buena memoria, que no se quede corto al segundo año y que, además, no nos vacíe el bolsillo. Y este Lenovo cumple todos esos puntos, y alguno más.
Lo hemos usado para navegar, editar fotos ligeras, ofimática intensiva y ver series en streaming. ¿Resultado? Mejor de lo esperado. En este análisis te contamos sus puntos fuertes, qué tal se comporta en el día a día y si merece la pena frente a otras opciones del mercado.
Diseño y portabilidad: discreto, fino y muy manejable
Desde el primer momento que lo saqué de la caja, el Lenovo IdeaPad Slim 3 me dio buena impresión. No esperes acabados en aluminio ni luces RGB, pero sí un diseño limpio, sobrio y con buen ajuste de materiales. Es un portátil que no llama la atención, y eso juega a su favor si buscas algo funcional y elegante para el trabajo o los estudios.
Con 1,6 kg de peso y 1,99 cm de grosor, lo he llevado en mochila varios días sin que me acordara de que lo llevaba encima. El chasis no se dobla fácilmente y, aunque está hecho de policarbonato, se siente sólido en mano.
En la parte frontal encontramos una pantalla de 15,6 pulgadas con marcos delgados (aunque no los más finos del mercado) y una bisagra que permite una apertura de hasta 180°, ideal para trabajar desde cualquier ángulo. Algo que me ha sorprendido es que, a pesar de su tamaño, el portátil no se calienta en exceso, ni siquiera tras varias horas de uso intensivo.
El teclado es de tamaño completo, incluye teclado numérico y una pulsación cómoda para escribir durante horas. El touchpad es amplio y preciso, sin clics duros ni zonas muertas.
Conclusión: sin ser rompedor en diseño, el Slim 3 apuesta por la practicidad. Es ligero, resistente y lo bastante compacto para que te acompañe sin molestias. Perfecto para llevar de casa a la oficina o a clase sin que te duela la espalda.
Pantalla y sonido: correcta para trabajar, justa para contenido
Viene con una pantalla de 15,6 pulgadas con resolución Full HD (1920 x 1080 píxeles), tecnología TN y un brillo que se queda en 250 nits. ¿Es suficiente? Para trabajar con documentos, navegar o hacer videollamadas, sin duda. Pero si eres exigente con la calidad visual o sueles ver series o editar fotos, notarás sus limitaciones.
Durante el uso diario, la pantalla cumple bien con su cometido, aunque los ángulos de visión son bastante justos y los colores algo apagados comparado con un panel IPS. Eso sí, si lo vas a usar sobre todo para tareas de ofimática o navegación web, no tendrás ningún problema real. Y en entornos bien iluminados, responde decentemente.
En cuanto al sonido, viene con dos altavoces estéreo de 1,5 W con tecnología Dolby Audio. No es un sistema que te vuele la cabeza, pero para videollamadas, podcast o vídeos de YouTube va más que bien. El volumen máximo es adecuado y el sonido no distorsiona a niveles normales.
Además, incluye jack de 3,5 mm, lo que hoy en día se agradece para poder conectar unos auriculares sin depender del Bluetooth.
Rendimiento diario: multitarea sin despeinarse
Este Slim 3 Gen 8 monta un procesador Intel Core i5-13420H de 13.ª generación, acompañado de 16 GB de RAM DDR4 y un SSD de 1 TB. Lo que más me ha sorprendido es cómo se comporta en el día a día, porque lo he usado con más de 20 pestañas abiertas en Chrome, Spotify sonando de fondo, Word en uso y alguna app más, y ni se ha inmutado.
La combinación del i5 con esa RAM generosa hace que el arranque del sistema sea inmediato, las apps se abran rápido y el flujo de trabajo se mantenga sin cuelgues. Incluso con tareas más exigentes como edición de fotos básica (Lightroom o Canva) o algo de multitarea pesada, responde con solvencia. No es un portátil gaming ni para edición profesional, pero cumple con nota para la mayoría de usuarios.
Además, no hace apenas ruido, algo que valoro muchísimo. El ventilador solo se deja notar cuando haces algo muy exigente, y ni siquiera molesta.
Otro punto positivo es que viene con Windows 11 Home ya instalado, listo para funcionar desde el minuto uno. No trae demasiados programas preinstalados molestos, así que no tendrás que perder media tarde desinstalando bloatware.
Almacenamiento SSD: espacio de sobra y velocidad que se nota
Uno de los grandes aciertos de este modelo es su SSD de 1 TB, algo que sigue siendo poco común en portátiles de este rango de precio. No solo tienes espacio de sobra para guardar documentos, fotos, vídeos, juegos ligeros y programas pesados, sino que además la velocidad de lectura y escritura del SSD se nota desde el primer momento.
Arranca en unos 7-8 segundos, los archivos se abren al instante y las transferencias de datos son muy rápidas, incluso con carpetas pesadas. He copiado vídeos de más de 2 GB en apenas unos segundos, y las instalaciones desde USB o desde la nube han ido como la seda.
Además, tener 1 TB de almacenamiento te permite no estar borrando cosas cada semana, algo habitual en portátiles con 256 o 512 GB. Aquí puedes trabajar con tranquilidad y organizar tus archivos sin agobios.
No es un SSD NVMe de gama altísima, pero es más que competente para cualquier uso habitual, y se agradece no tener que tirar de discos externos nada más empezar a usarlo.
Conectividad y teclado: completo, funcional y muy cómodo para escribir
Aquí Lenovo no se ha dejado nada importante en el tintero. En el apartado de conectividad, este portátil viene bien servido:
- 2 puertos USB 3.2 tipo A
- 1 puerto USB-C 3.2 (solo datos)
- HDMI 1.4b
- Lector de tarjetas SD
- Jack de 3,5 mm para auriculares
- Wi-Fi 6 y Bluetooth 5.1
Durante las pruebas, he conectado un monitor externo por HDMI, usado un ratón por USB y cargado el móvil al mismo tiempo, sin notar ningún problema de rendimiento ni de temperatura. Se agradece mucho la inclusión del lector SD, sobre todo si haces fotos o trabajas con contenido multimedia.
El teclado también ha sido una sorpresa positiva. A pesar de ser un modelo económico, es muy cómodo para largas sesiones de escritura, con una pulsación firme pero silenciosa. Además, incluye teclado numérico, algo esencial para estudiantes, administrativos o usuarios que trabajan con hojas de cálculo. Lo único que echo en falta es que no esté retroiluminado, pero por este precio se le perdona.
El trackpad es amplio y preciso, con buen desplazamiento y sin fallos en los gestos multitáctiles. No tiene el nivel de un MacBook, pero es más que solvente para tareas de navegación y trabajo diario.
Autonomía y carga: aguanta la jornada, pero no le pidas maratones
El Lenovo IdeaPad Slim 3 Gen 8 promete una autonomía de hasta 6,5 horas, y en uso real se acerca bastante… aunque depende de lo que le pidas. En mi experiencia, trabajando con Chrome, Word, Spotify y alguna videollamada, aguanta unas 5 horas largas sin problema. Si le das más caña —streaming en alta calidad, multitarea intensiva o edición ligera— baja a unas 4 horas reales.
Lo bueno es que la gestión de energía de Windows 11 y el modo de ahorro de batería funcionan bien, y si bajas el brillo o desactivas algunas tareas en segundo plano, puedes exprimir un poco más la duración.
En cuanto a la carga, viene con un cargador de 65 W que no es demasiado voluminoso, y en una hora y veinte minutos puede estar prácticamente lleno. En 30 minutos, ya tienes batería suficiente para un par de horas más.
No es un portátil para estar todo el día lejos del enchufe, pero sí cumple para media jornada de trabajo o estudio sin necesidad de cargarlo.
Lo mejor y lo peor
Como todo en la vida, este portátil también tiene sus puntos fuertes y débiles. Te lo resumimos en este sencillo lsitado:
Lo mejor
- Gran relación calidad-precio para usuarios exigentes.
- 16 GB de RAM y 1 TB SSD, difícil de encontrar en este rango.
- Procesador i5-13420H con muy buen rendimiento multitarea.
- Diseño ligero y cómodo para transportar.
- Pantalla Full HD mate que se ve bien en interiores.
- Buena conectividad, con USB-C, HDMI y lector SD.
- Teclado cómodo con pad numérico.
Lo peor
- Autonomía justa si usas tareas exigentes.
- Pantalla no demasiado brillante, algo floja en exteriores.
- Sin retroiluminación en teclado.
- No incluye Windows Pro ni Office completo.
- Altavoces algo planos, mejor usar auriculares.
Conclusión final: ¿merece la pena el Lenovo IdeaPad Slim 3 Gen 8?
Después de probar el Lenovo IdeaPad Slim 3 Gen 8 durante varios días, la sensación es clara: es uno de esos portátiles que no hacen mucho ruido, pero cumplen con nota en casi todo lo que les pides. Ideal si buscas un equipo equilibrado, potente y con margen para el futuro sin dejarte medio sueldo por el camino.
No es perfecto: su pantalla no es la más brillante, y la batería no aguanta jornadas maratonianas. Pero a cambio te llevas 16 GB de RAM, 1 TB SSD y un procesador de 8 núcleos por un precio que en muchos otros modelos solo te daría 8 GB y 512 GB. Además, el teclado es cómodo, el diseño es sobrio pero ligero, y la experiencia general es muy satisfactoria.
Si eres estudiante, trabajas desde casa o necesitas un portátil para tareas exigentes (pero sin ediciones de vídeo 4K cada día), el Slim 3 Gen 8 te lo pone muy fácil para elegir bien sin complicarte.