Si tienes un disco duro mecánico en tu ordenador, una de las mejores decisiones que puedes tomar es cambiarlo por uno de estado sólido (SSD). Esto mejora de forma muy efectiva el rendimiento que consigues en el uso habitual, por ejemplo al iniciar el equipo, como en momentos puntuales como puede ser al editar una imagen o jugar. Por lo tanto, estamos ante una solución global.
El proceso no es especialmente complicado, tanto si es un ordenador de sobremesa o como un portátil el ordenador que tienes, pero existen algunas cuestiones que se deben tener claras antes de proceder al cambio para estar seguro que aciertas a elegir el nuevo disco SSD. Por cierto, algo que es muy importante es elegir componentes fabricados por una compañía que asegure una buena calidad, como por ejemplo Crucial (que, además, tiene un amplio catálogo y es raro que no puedes encontrar lo que buscas).
Primeros pasos, recopila información
Esto puede parecer algo que no es especialmente importante, pero no es así. Al tener datos concretos de la compatibilidad del hardware, estarás seguro de no fallar. Así, por ejemplo, es importante conocer la interfaz de conexión que utiliza el ordenador. Lo habitual es que sea SATA, pero no está de más conocer si es tipo 1,2 o 3. De esta forma aprovecharás al máximo la capacidad de la placa base del equipo y no pagarás demás por un modelo que no se pude exprimir o te quedas lejos del aumento de rendimiento de es posible conseguir. Por cierto, en los equipos de sobremesa es posible dar uso a modelos PCI Express (en los portátiles esto también hay que revisarlo como indicaremos más adelante), pero actualmente la mejor opción de cara al usuario es la interfaz antes mencionada.
¿Necesitas mejorar el rendimiento de tu PC? Utilizar un disco SSD es la solución
Si te preguntas por el rendimiento que se consigue en cada uno de los casos, la que ofrecen las versiones SATA antes mencionadas son las siguientes: 150, 300 y 600 MB/s, respectivamente. Por lo tanto, y si se dispone de compatibilidad, cuento más rápido la ganancia es más notable. Lo cierto es que con SATA II ya es suficiente para que sea evidente en el día a día, ya que la mejora respecto a los discos HDD.
Otras de las cuestiones a revisar en los portátiles es el tipo de disco SSD que se pude utilizar. Lo normal es que sean de 2,5 pulgadas, que se pueden considerar tradicionales, pero los modelos de menores dimensiones y modernos pueden utilizar ranuras M.2 (existen de diferentes dimensiones). Debes elegir el modelo compatible que encaje con tu ordenador, y en el segundo caso es importante también tener claro si la compatibilidad es SATA o PCIe. El caso, es que estés seguro que lo que compras, sea compatible y permite mejorar el rendimiento del equipo. Echa un vistazo a la herramienta que ofrece Crucial en su página web, que te ayuda a encontrar una SSD compatible con tu ordenador.
Con toda esta información, que está en el manual del ordenador -o de la placa base si es un sobremesa-. En su defecto, en la página web del fabricante también puedes encontrar estos datos. El caso es que puedas elegir de forma acertada el disco SSD que encaja con tus necesidades y, como no, el presupuesto que tienes.
Instalar el disco SSD en el ordenador
Teniendo en cuenta que los datos que tengas en el que quitas no se pierden, y que deberás copiarlos posteriormente para tenerlos en el nuevo -una buena solución es hacerte con un caja USB externa para poder utilizarlo como si de un pendrive se tratase-, el proceso no es especialmente complicado, especialmente en los portátiles.
En estos ordenadores encontrarás una tapa en la parte inferior del equipo que debes desatornillar y, dentro está el espacio para el disco. Debes retirar en antiguo y, en su lugar, colocar el nuevo SSD (en la misma posición). Hecho esto, ya te queda el paso posterior que es la instalación del sistema operativo, para lo que es necesario tener una copia de este. Como se ve, de lo más sencillo y sin complicaciones.
En el caso de los ordenadores de sobremesa hay algunos procesos adicionales. Lo primero es abrirlo y encontrar el espacio para los discos en su interior. Para colocar el nuevo necesitarás un adaptador para transformar el modelo de 2,5 pulgadas en uno de 3,5 (vamos un proceso de atornillado y que suele incluirse con el nuevo producto). Hecho esto, debes colocarlo en su lugar y conectar el cable de corriente y de datos a la placa base y la parte posterior del nuevo componente. En este caso, pueda dar uso al SSD como sustitución o de cambio. Acabado esto, de nuevo llega el proceso de instalación del sistema operativo -algo que puede llevar su tiempo y que es recomendable realizar un proceso limpio no clonar el antiguo-.
Así es de sencillo el cambio de un disco HDD por uno SSD en un ordenador portátil o de sobremesa y conseguir mejorar el rendimiento del equipo de forma evidente con, por ejemplo, modelos de Crucial.