No sólo de la web y los coches eléctricos viven Google y Tesla, ya que la gran salud financiera con la que cuentan estas empresas abre cada vez más la posibilidad de diversificar su negocio en la búsqueda de energías renovables y limpias. Un terreno en el que ya trabaja Tesla y con el que ahora quieren competir directamente desde Mountain View.
Tesla se encuentra inmersa ahora mismo en la entrega de sus primeras unidades del Tesla Model 3, el coche eléctrico más barato de la marca y que ya está causando sensación en aquellos mercados donde se está distribuyendo.
Google quiere entrar en el juego de las renovables, como Tesla
Hace unos días conocíamos que Tesla estaba trabajando en la batería del litio más grande del mundo, que construirá en Australia, para responder a la insuficiencia energética que sufren algunas zonas del sur del país. Pues bien, Google también estaría trabajando en un proyecto similar, como consecuencia de las enormes posibilidades de negocio que han detectado desde Google en este sector. El proyecto que está desarrollando Alphabet, que no es otra cosa que la denominación global de Google, se denomina «Malta» en clave, y es una alternativa a los proyectos de Tesla para crear y almacenar energía.
Este sistema cuenta con cuatro tanques cilíndricos conectados mediante tuberías a una bomba de calor. Dos de ellos están llenos de sal, mientras que los otros dos se llenan con un anticongelante o líquido hidrocarbonatado. Este sistema, del que ya existe una pequeña pequeña maqueta en Silicon Valley, absorbe energía en forma de electricidad, al crear dos corrientes de aire, una con aire caliente que aumenta la temperatura de la sal y el aire frío que desciende la temperatura del anticongelante. En un momento dado se puede invertir el proceso y enviar el aire caliente y el frío a que se precipiten entre sí, creando la suficiente energía para mover una turbina que genera electricidad.
Dependiendo de la configuración de los tanques, la energía se puede almacenar durante unas horas e incluso días. La gran novedad de esta tecnología respecto de anteriores similares es que al reducir la temperatura de funcionamiento, evitando el uso de cerámicas o materiales refrigerantes caros, lo que hace sin duda más plausible la construcción de ese tipo de centrales en el futuro. Un ejemplo que demuestra que Google también quiere apostar por este enorme nicho del mercado energético, donde lo limpio se terminará imponiendo con el tiempo.