Bueno, antes de nada decir que Second Life no volverá a la vida. Ya tuvo su momento de gloria hace más o menos una década en la que se convirtió en una especie de red social que alcanzó muchísimo éxito, protagonizando todo tipo de noticias en los medios de comunicación gracias a sus bodas dentro de su universo virtual, o aquellos mítines de campañas electorales en los que Gaspar Llamazares intentó convencer a los ciudadanos de que le votaran.
Linden Lab, la empresa detrás de Second Life, ha decidido volver a la carga pero analizando cuidadosamente dónde falló su criatura, para no cometer los mismos errores y, más importante aún, servirse de los avances tecnológicos para hacerlo mucho más actual e interesante para sus potenciales usuarios.
Realidad virtual al rescate
El caso es que será esa tecnología que está tan de moda lo que permita a Sansar (que así se llama) crear experiencias sociales dentro el universo VR que nos ha tocado vivir. Una especie de plataforma que permitirá a todos aquellos que así lo deseen (personas, marcas, etc.) tener presencia dentro de un ecosistema virtual de contenidos y relaciones interpersonales que podremos disfrutar dentro de los principales estándares de la industria: Oculus Rift y HTC Vive. Y cuando mencionamos a los de Mark Zuckerberg, también metemos en el saco a la VR de Samsung y sus Gear VR.
Samsar es el nombre del mundo que está desarrollando la misma empresa detrás de Second Life y que muy presumiblemente se lanzará a finales del presente año. Una experiencia igual de social pero más inmersiva gracias a la realidad virtual. Está claro que todavía no es un mercado de masas pero día a día los estudios vaticinan un crecimiento (casi) exponencial con la ayuda de los millones que están poniendo sobre la mesa gigantes como Facebook, Valve, HTC o Samsung.
Algo que hacer
Sansar lleva en desarrollo cuatro años y sus creadores han declarado que buscan corregir los errores de su primer gran intento. Second Life murió de éxito y llamó a tantos usuarios que al poco de entrar en ese mundo virtual se dieron cuenta de que no tenían nada que hacer. En este punto Sansar será otra historia ya que aprovechando la tecnología de realidad virtual se podrá experimentar con todo tipo de productos que empresas y particulares podrán colocar en este enorme hub.
El mismo CEO de Linden Lab, Ebbe Altberg, avanzó que podremos desde explorar una antigua tumba egipcia como pasear entre gigantescos rascacielos de juguete por los que circulan coche en miniatura. En este punto, la variedad de opciones garantizará el éxito ya que según explican desde la compañía «Hay que dejar que los usuarios creen las cosas, porque hay demasiadas culturas, estilos, sabores, deseos y necesidades». Y todo ese espectro lo quieren cubrir.
El modelo de negocio de Sansar será también distinto al de Second Life y buscará la rentabilidad en base al pago de cuotas mensuales por el alquiler de parcelas de terreno virtual. Según los que ya han probado esta plataforma, cada fragmento de 256 metros cuadrados tendrá un coste de unos 295 dólares y a día de hoy solo un grupo de privilegiados tester han podido comprobar cuál será el calado de este Second Life adaptado a las nuevas tecnologías VR.
¿Qué os parece esta futura evolución del concepto social de Second Life?