Los de Redmond han tirado la toalla con Kinect, uno de esos dispositivos que no todos hemos entendido en su contexto, y que finalmente ha ido perdiendo fuelle hasta la decisión tomada por Microsoft ahora. Kinect ya es historia porque desde Microsoft han cesado su producción, después de haber vendido nada menos que 35 millones de unidades.
Hace unos meses precisamente hablábamos del sector de la realidad virtual, tan pujante en los últimos años, y que precisamente ha ido relegando a periféricos como kinect a un segundo plano, pero cuya tecnología muta ahora también en realidad mixta y en las futuras Hololens de Microsoft.
Adiós definitivo a Kinect
Como sabéis este accesorio original de Xbox 360 consistía en una serie de cámaras que eran capaz de reconocer y seguir nuestros movimientos con cierta profundidad, para controlar sin necesidad de mandos, teclado o ratón algunos juegos y pasar muchos ratos divertidos. Aparecido al calor de la cámara de Sony Eye Toy o la popular Wii y sus mandos interactivos, Kinect fue más o menos popular en sus inicios, dando el salto incluso a la Xbox One. Pero como hemos visto, Xbox One X ya no presume de Kinect, y es lógico, cuando Microsoft acaba de lanzar su realidad mixta y tiene las Hololens en camino, dispositivos ante los que Kinect palidece de forma clara.
Hemos conocido esta decisión de Microsoft gracias a una entrevista de Alex Kipman, creador de Kinect, y Matthew Lapsen, gerente general de Xbox Devices Marketing, concedida a la revista FastCoDesign, en la que han descrito a Kinect al menos de una forma bastante sorprendente «No creo que sea una exageración decir que Kinect ha sido el hardware más influyente, o al menos profético, fuera del iPhone». Algo que en parte lleva su razón, si tenemos en cuenta que la tecnología usada en Kinect ahora se utiliza también en las gafas de realidad aumentada o de una forma mucho más avanzada y evolucionada en los escáneres faciales móviles.
No vamos a dudar la calidad de Kinect, pero una vez más se demuestra que en la industria no suelen encajar bien dispositivos de realidad virtual, mixta o aumentada donde debemos dejar de lado nuestro mando tradicional para jugar. Al menos en la actualidad es algo a lo que no estamos acostumbrados, y de ahí que este tipo de dispositivos se guarden en un cajón después de unas primeras semanas de efervescencia de uso. Sin duda el final de Kinect es algo lógico, que da paso a tecnologías de realidad virtual y reconocimiento mucho más avanzadas.