Hace ya algunos meses, los teléfonos plegables hicieron acto de aparición en el mercado con las propuestas de Samsung y Huawei, el Samsung Galaxy Fold y el Huawei Mate X. Si bien estos dispositivos gozaban de una autonomía satisfactoria, puede que, en el futuro, tanto estos dispositivos como los habituales puedan disfrutar de amperajes mucho más altos.
Sabemos que el factor de forma es un hándicap evidente en los productos tecnológicos. Cada vez tenemos teléfonos y gadgets más grandes, hasta el punto de que una pantalla se considera «pequeña» cuando su diagonal mide menos de 6 pulgadas. Aun así, puede que uno de los elementos más importantes, la batería, deje de ser un motivo o una restricción para el tamaño de nuestros cacharros. Y parece que no será en un futuro muy lejano.
Tras la innovación consecuente de las pantallas plegables (algo que ya es una realidad, pero que aún no merece del todo la pena para el usuario medio), parece vislumbrarse una nueva tecnología que, sin lugar a dudas, revolucionará el mercado a todos los niveles: baterías plegables. Pudiendo extenderse a todos los productos recargables (la mayoría de productos tecnológicos, obviamente), este avance supondría un mayor aprovechamiento del espacio, lo que llevaría a poder contar con baterías de mayor capacidad o, quizás, a dejar espacio para otros nuevos componentes.
El profesor Markus Niederberger, de la Escuela Politécnica Federal de Zurich, ha desarrollado junto a su equipo de investigación un prototipo de «batería flexible de película delgada» que puede ser estirada, doblada y retorcida sin detener la fuente de alimentación.
La batería se compone de una especie de sándwich de diferentes elementos. Como se puede ver en la siguiente imagen, entre los dos colecotres de corriente extensibles se sitúa el cátodo, un electrolito de hidrogel, un marco PDMS y el ánodo, respectivamente.
«Hasta la fecha, nadie había empleado componentes flexibles de la manera en la que nosotros lo hemos hecho creando esta batería de ion de litio», comenta Markus Niederberger. Además, el equipo comenta que podría usarse, además de en móviles, para pantallas enrollables, tablets, smartwatches o ropa inteligente.
Si bien se necesita más investigación y mejorías para que este concepto esté disponible para inclusión y comercialización, está claro que resulta ilusionante, pues podría cambiar las reglas de tamaño de la tecnología para las baterías externas tal y como las conocemos. Tendremos que esperar para ver cómo se sigue desarrollando el proyecto, pero ojalá llegue al usuario final lo antes posible.