Este terminal es un dispositivo valiente, de eso no cabe duda. La compañía coreana no se ha limitado a lanzar un dispositivo más, potente o no, y ha sido atrevida con este LG V10. La prueba de esto son algunos elementos que le hacen distinto al resto y, por ello, atractivo para el usuario y llamativo para utilizarlo. Te lo contamos todo.
Lo cierto es que el LG V10 es un modelo con sorpresas. Y estas no son por la inclusión de opciones menores que le dan un «toque», no. Lo que se ha suministrado en el terminal son añadidos que, además de ser poco vistos (en algunos casos es la primera vez que los vemos), ofrecen utilidad. Y, esto, es algo que hay que respetar y alabar respecto al fabricante. Un aplauso por ello.
En lo que tiene que ver al sistema operativo, el LG V10 llega con Android Lollipop al sacarlo de la caja, lo que no es precisamente positivo. Pero, eso sí, la actualización a Marshmallow ya es de la partida, por lo que estamos ante un problema que ya es completamente menor. Por cierto, que la personalización es correcta, algo recargada como es habitual en este fabricante, pero que llega con posibilidades que la hacen tener un «punto», como por ejemplo el modo pantalla partida o la forma en la que se «despierta» el terminal.
Un diseño distinto en el LG V10
Y esto es así por varios motivos. La líneas recuerdan a los modelos de LG, sin duda alguna. Un ejemplo de lo que decimos son los ángulos de las esquinas y, además, la botonera está en la parte posterior. Hay que comentar que en este lugar se integra el lector de huellas, que funciona bastante bien y es un añadido que era tan necesario como lógico que se sea de la partida en el LG V10. Eso sí, el peso del phablet es excesivo a todas luces, ya que asciende a 192 gramos.
Los materiales de fabricación también son distintos, ya que van desde el uso de la silicona, pasando por el policarbonato y, adicionalmente, hay pequeñas piezas de metal. Un conglomerado que, si se suma al acabado de la tapa trasera, hacen un modelo atractivo. Su agarre es bueno, pero la ergonomía no es perfecta, ni mucho menos. Disponible en varios colores, lo que nos ha llamado la atención es la alta sensación de robustez que ofrece el LG V10.
Hay que comentar que la tapa trasera se quita, lo que da acceso a que la batería se pueda cambiar y, ya os adelantamos, esto es algo que más de uno de los que se hagan con el LG V10 lo tendrá muy presente. Por cierto, nada más encender el terminal, llama la atención un elemento del que hablaremos más adelante: incluye en la parte superior una pantalla secundaria, que es otro de las novedades incluidas en este modelo. En definitiva, no está mal el terminal, pero tiene algunos detalles que le hacen perder algunos de puntos.
Un buen hardware en el LG V10, y cumple
Aquí el LG V10 es un modelo que se parece bastante al LG G4, lo que no es algo precisamente malo. En el interior de este modelo hay un procesador Snapdragon 808 de seis núcleos que se acompaña de una GPU Adreno 418. A esto se le suma una RAM de 4 GB, que no está nada mal para el momento en el que llega al mercado. El resultado es un terminal que funciona de forma fluida, con un rendimiento bastante bueno y que no tiene especiales problemas para mover gráficos en tres dimensiones. ¿De lo mejor del mercado? Sí, pero sin pasarse.
Si ya algo que nos ha gustado del LG V10 es su pantalla. El Panel es de 5,7 pulgadas tipo IPS y la resolución 2K. Lo cierto es que la compañía asiática aquí ofrece siempre un buen comportamiento, en especial en la gama alta, y este phablet no es una excepción. Cabe destacar aquí el segundo elemento superior, que ofrece opciones tan útiles como el poder ver notificaciones de forma directa sin «despertar» al terminal e, incluso, posibilita el activar la linterna. Un buen elemento, que eso sí detectamos ligeras fugas de luz en él.
En lo que tiene que ver con la conectividad, lo cierto es que el LG V10 es un modelo especialmente completo, ya que no le falta NFC, radio FM e, incluso, dispone de emisor de infrarrojos. La batería es de 3.000 mAh, y esto es poco para el hardware que incluye. Esto le penaliza en la autonomía, que no es precisamente buena y desentona frente a la competencia. Se puede cambiar el componente, sí, pero este apartado debería estar mejor resuelto.
Camarón del LG V10
En este apartado el terminal se comporta de forma ejemplar. Ofrece un sensor de 16 megapíxeles con apertura F:1.8 y enfoque láser (un Sony IMX 234). Lo cierto es que se comporta bien en todos los terrenos con una buena adquisición de la luz y definición realmente buena. Permite grabar a 4K además, y la aplicación cámara es de las más completas que hay, ya que dispone incluso de un histograma. Tiene dos cámar frontales este dispositivo: una con angular de 80 grados y, la otra de 120 -y es la recomendada para grupos-. Eso sí, la calidad es «regulera».




Un modelo interesante este debido a lo atrevido que es y, eso, es de agradecer. En algunos apartados tiene que mejorar, es evidente, pero en otros está muy bien. No es una mala experiencia la que ofrece el LG V10. Su precio se sitúa en unos 420 euros en estos momentos.
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